La guerrilla del ELN pidió el sábado al presidente Gustavo Petro definir si considera que la negociación para alcanzar la paz en Colombia es "un proceso político serio", luego de declaraciones del mandatario ante la cúpula militar referentes al combate de la economía ilegal.
La delegación del Ejército de Liberación Nacional (ELN) para los diálogos de paz expresó en un comunicado "urgente" desde La Habana su preocupación por declaraciones en las que Petro puso en duda la unión de esta guerrilla y el liderazgo de sus dirigentes.
Petro dijo el viernes ante militares de su país que aunque algunos frentes del ELN por su "autonomía" se acercan a la postura del gobierno colombiano de lograr la paz, hay otros que, aunque "tienen la misma bandera", "su razón de ser es la economía ilícita".
"Bueno, hablemos de paz, pero hay que resolver el tema de la economía ilícita" porque los recursos ilícitos dan "una jerarquía de poder, dan unas magnitudes militares y por tanto de control territorial" que obstaculizan la negociación de paz, afirmó Petro.
"Entonces para qué se negocia con nosotros", cuestionó el presidente colombiano.
La delegación del ELN que participa en la tercera ronda de negociaciones en la capital cubana estimó que lo dicho por Petro, además de ser "estigmatizante e irrespetuoso" es "un cuestionamiento de fondo al sentido político de la Mesa de Diálogos y a toda su arquitectura", iniciada en noviembre pasado en Caracas y que en marzo continuó en Ciudad de México.
"Pedimos que, de manera urgente, el presidente de la República, Gustavo Petro Urrego, defina si su Gobierno sigue considerando que, tal y como reza el Acuerdo de México suscrito por las partes y depositado ante los garantes, este es un proceso político serio que tiene como objetivo 'superar el conflicto armado que ha tenido lugar por seis décadas'", señalaron los negociadores de la guerrilla.
Gustavo Petro, primer presidente de izquierda en Colombia, impulsó la negociación de paz desde finales de 2022 con los rebeldes guevaristas.
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A principios de mayo ambas partes se propusieron trabajar para alcanzar un cese al fuego y coincidieron en la necesidad de incluir la participación de la sociedad en el proceso de paz.
Las negociaciones se vuelven a poner en duda, después de que se tambalearon a finales de marzo por el ataque perpetrado por el ELN cerca de la frontera con Venezuela, que dejó diez militares muertos.
Desangrado por medio siglo de conflicto armado, Colombia ha intentado numerosas negociaciones de paz con los grupos armados, muchas de ellas fallidas. En 2016 un histórico pacto desarmó a la poderosa guerrilla de las FARC y la transformó en partido político.
Por tanto, pidieron que, de manera urgente, el presidente de la República, Gustavo Petro Urrego, defina si su Gobierno sigue considerando que, tal y como reza el Acuerdo de México suscrito por las partes y depositado ante los garantes, éste es un proceso político serio que tiene como objetivo "superar el conflicto armado que ha tenido lugar por seis décadas, erradicar la violencia para tramitar las contradicciones políticas, económicas y sociales, pactar transformaciones democratizadoras y avanzar hacia la reconciliación nacional".