EL NUEVO SIGLO: ¿Cuál es el comportamiento del flagelo de masacres en el país en el primer semestre, han crecido o disminuido respecto al año anterior?
LEONARDO GONZÁLEZ: Son 46 masacres las cometidas en 2023, es decir, 10 masacres menos este año. El año pasado fueron 94 masacres.
ENS: ¿La tendencia haría pensar que al final del año prácticamente sería similar el número de masacres que en 2023 o incluso superior?
LG: No, vamos a 70 masacres si sigue, así como vamos. Ahora, depende de muchos factores, especialmente de política pública, temas de seguridad, prevención, de hacer caso o no a las alertas tempranas de la Defensoría del Pueblo.
Y sí hay muchos factores que puedan tener en cuenta el tema de las masacres. Hay mucha gente que tiene armas, todavía el desarme es importante. La masacre de ayer (en Rionegro, Antioquia) tiene mucho que ver con temas de desarme, sobre todo por el sitio donde ocurre y por la calidad de las personas que asesinaron. Es decir, hay que ver realmente qué es lo que está sucediendo para saber cuáles son las políticas públicas que puedan implementarse para frenar las masacres.
ENS: ¿Las masacres se asocian al conflicto armado, al crecimiento y expansión de los grupos criminales o al microtráfico en las zonas urbanas?
LG: Los grupos armados todos tienen que ver con el narcotráfico, con la minería ilegal, esas son las rentas de la guerra. Es decir, la guerra tiene unas rentas y las rentas son el narcotráfico, la minería ilegal, muchísimo la extorsión en estos últimos años, entre otras cosas porque le han dado muy duro al narcotráfico en temas de incautación de toneladas de droga y de narcóticos. Entonces el narcotráfico ha estado permeando el conflicto armado.
Ahora, la gran mayoría de las masacres han sido cometidas por grupos armados, pero muchísimas de esas también son por intolerancia de la sociedad. Es decir, por no poder resolver los conflictos de una manera no violenta. Y hace falta también mucha educación para la paz, mucha educación para la convivencia. Y una masacre es cuando matan a tres personas en un mismo modo, tiempo y lugar. No importa si es por un grupo armado o si es por una banda de narcotraficantes o lo que sea.
ENS: ¿Qué peso puede tener el microtráfico en la ocurrencia de masacres en diferentes regiones?
LG: El microtráfico tiene mucho que ver porque los grupos armados cuando se ven, por ejemplo, en este momento en el tema de incautación de la pasta base que ha sido tan fuerte, entonces el mercado interno es muy apetecido por el narcotráfico, y la lucha entre las diferentes bandas pequeñas de las ciudades, de los pueblos, por tener un control de ese microtráfico es una lucha que se ve en las masacres.
Ahora bien, estas bandas internas son tercerizadas por los grupos armados grandes, la relación que tienen los grupos armados, bien sea el Estado Mayor Central, las Autodefensas Gaitanistas, la Segunda Marquetalia, con las bandas locales es diametral. No puede una banda pequeña tener un ejercicio de control de microtráfico sin el permiso y la autorización del grupo grande.
Aquí todo tiene que ver, el narcotráfico, conflicto armado, microtráfico. Entonces, no hay que tener una política solamente para narcotráfico, no solamente para grupos armados ni para microtráfico, sino una política que sea complementaria y que sea mucho más amplia la estrategia de seguridad y especialmente de prevención.
Política de paz
ENS: ¿Se puede afirmar que la política de paz total del Gobierno hace agua, por lo menos en masacres por las altas cifras?
LG: La política de paz total apenas está empezando, y lastimosamente llevamos dos años en la implementación de la política de paz total y los resultados todavía no se ven. Son unos resultados en cifras de homicidios que digamos han disminuido las masacres, incluso el homicidio, pero todavía es insuficiente.
El título de paz total es muy grande para lo que está sucediendo, el título de paz total merecería una reducción del daño mucho más grande porque llevamos ya casi dos años del Gobierno y todavía no se ven los resultados. Es necesario que haya un compromiso mucho más fuerte, especialmente por parte de los grupos armados porque el grupo armado puede estar haciendo parte de una mesa de negociación, pero si no tiene una voluntad de mermar la violencia contra las comunidades, pues no se ve reflejado en la política de paz total.
Entonces la política de paz total hoy está dependiendo de la buena voluntad del grupo armado, y pues eso es un contrasentido.
ENS: Entonces, ¿el Gobierno se equivoca en los enfoques que le dio a la paz total?
LG: Son diferentes formas de negociar, de ver la paz. Es decir, a finales de los 80 con el M-19, con el Quintín Lame, con diferentes grupos armados, hubo una forma de negociación. Con las Autodefensa Unidas de Colombia se hizo en medio del conflicto armado sin despejes, sino con unas zonas especiales para negociación. Con las Farc se hizo primero sin cese al fuego y al final con un cese al fuego.
Aquí está probando el Gobierno una nueva fórmula y es al inicio de negociaciones con cese al fuego, y me parece que lo importante aquí que está pensando el Gobierno es mermar el número de personas que están siendo asesinadas por el conflicto armado y tratar de creer en la buena voluntad de los grupos. Y entonces la pelota, por así decirlo, la palabra la tienen los grupos armados para responder si realmente quieren o no.
Cuando no quieren, como es el caso en Cauca los grupos armados que hacen parte del Estado Mayor Central, pues se levanta el cese al fuego y se tiene otro modelo de negociación.
Recuadro
Matanza en Rionegro
Un total de $100 millones ofrecen la Gobernación de Antioquia y la Policía por información que lleve a ubicar el paradero de los sujetos que en la noche del pasado martes asesinaron a siete personas en una finca en el sector Alto del Perro, vereda Cabeceras, en el municipio de Rionegro.
Las víctimas eran oriundas de otras regiones del país. Por el momento se conoció la identidad de cuatro de ellas: Luis Epinayu, Jesús Gabriel García Sarmiento, Luis Guillermo Canoles Menco y Yeisin Luis Fontalvo Buelvas.
El gobernador de Antioquia, Andrés Rendón, explicó que “son personas que se dedicaban a trabajar la construcción, hay dos de la zona costera del país, puntualmente de La Guajira, y los otros son personas que venían directamente de Medellín”, dijo el gobernador Rendón.
Las autoridades avanzan en la investigación, entre otros, para establecer los móviles por los que atacaran a estas personas. Cuentan con el testimonio de algunos testigos que indicaron que los asesinos se movilizaban en dos vehículos, uno blanco y otro negro, además de dos motocicletas, y tomaron la carretera hacia la vereda El Capiro, jurisdicción de El Carmen de Viboral.
Otro detalle que llamó la atención de los investigadores es que los perpetradores del múltiple crimen emplearon armas de fuego tipo Fusil 5-56.