LA FISCALÍA General de la Nación comunicó que, frente a la crítica situación de orden social en el Catatumbo, provocada por los enfrentamientos entre el Eln y el Frente 33 de las disidencias de las Farc, el ente determinó revocar “los beneficios de suspensión de las órdenes de captura que tenían, desde los años 2022 y 2023, 31 representantes de ese grupo alzado en armas quienes habían sido reconocidos por el Gobierno nacional como voceros para hacer parte de la mesa de diálogos”.

Según lo estimado por la fiscal Luz Adriana Camargo, las acciones del Eln “contradicen su participación genuina y comprometida en el proceso de paz” que adelantaba el Gobierno Nacional con este ente desde la llegada de Gustavo Petro a la presidencia.

Los diálogos continuos fueron congelados en el mes de febrero de 2024, aunque hasta el mes de agosto permaneció vigente el cese al fuego bilateral. Este acuerdo finalizó en septiembre, luego de que comandos de este grupo en Arauca arrebataran la vida de tres soldados e hirieran a otros 27 en un ataque a la base militar de Puerto Jordán, Arauca.

En noviembre, las delegaciones de Gobierno y Eln anunciaron una reunión para evaluar el avance de los acuerdos suscritos en México, además de explorar la posibilidad de reactivar los diálogos, mismos que en aquel encuentro concluyeron, podrían iniciar nuevamente sobre finales de este año. No obstante, el Gobierno nacional suspendió los encuentros ante los ataques en el Catatumbo.

“El incumplimiento de las condiciones para la suspensión de las órdenes de captura y, en especial, la comisión de nuevos delitos por parte de miembros del Eln, da lugar a reactivar las órdenes de captura suspendidas en su momento por solicitud del presidente de la República, en los términos señalados por la Corte Constitucional en la sentencia C-525 de 29 de noviembre de 2023”, precisó la Resolución No. 00015 de 2025 emitida por la Fiscalía.

Sin posibilidad de diálogo

Desde el Catatumbo, el ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, apuntó en entrevista con el diario El Tiempo que “esa decisión, de acabar con el proceso solo la toma el presidente con el comisionado de Paz. Pero como ministro del Interior, como nortesantandereano y como víctima del Eln, no hay ninguna posibilidad hoy de retomar el camino de conversación con el Eln. La guerrilla ha roto cualquier posibilidad, ha tirado a la caneca de basura la posibilidad de la paz en Colombia. Es evidente que la línea militarista, radical del Eln”.

Cristo también puntualizó en la crisis humanitaria que vive esta subregión, haciendo énfasis en las víctimas mortales que ha dejado la guerra entre Eln y disidencias, pero, además, acotó que los esfuerzos del Gobierno ya están focalizados en tratar la crisis con los más de 32.000 desplazados que ha dejado este conflicto.

Asimismo, luego de ser cuestionado por los adelantos logrados con los dos grupos involucrados dijo que “siempre estuvo presente que hay riesgos en la política ambiciosa y generosa del Gobierno de paz total, en esas circunstancias de los ceses al fuego en donde en unos territorios había, en otros no. Eso planteaba dificultades”.

En este sentido, el jefe de cartera también agregó que la política de Paz Total ha tenido cambios sustanciales en los últimos meses, especialmente con las disidencias de alías ‘Iván Mordisco’, de alías ‘Calarcá’ y propiamente con el Eln, “que ha violado todas las normas del derecho internacional humanitario”.

Finalmente, Cristo insistió en que “después de eso, hay que decir que desperdició una oportunidad histórica y decidió continuar en la violencia y tienen que ser enfrentados por el Estado. Los avances de la mesa se ven truncados por esta decisión unilateral del ala más militarista, radical y sanguinaria del Eln”.

En relación a esta resolución, Otty Patiño, alto Comisionado para la Paz de Gobierno, aseguró que la reactivación de estas órdenes es automática tras la suspensión del proceso de paz.

Además, agregó que, si bien no tiene conocimiento del paradero de los principales líderes de este grupo como alías ‘Pablo Beltrán’ o alías ‘Antonio García’, “si hay evidencia de que están refugiados en otro país, no en calidad de asilo, porque el asilo es absolutamente respetable, sino para planear o dirigir operaciones desde otro país, por supuesto, Colombia pediría su extradición. Ningún país puede servir como base para dirigir operaciones criminales contra Colombia”.

Movimiento necesario

La determinación fue celebrada desde el Congreso, apuntando el movimiento de la Fiscalía como algo necesario, debido a que “este grupo armado nunca demostró un verdadero interés en negociar ni en abandonar las armas. Mientras se sentaban en la mesa de diálogo, continuaban atentando contra la vida y la tranquilidad de los colombianos”, dijo a EL NUEVO SIGLO la representante a la Cámara por el Huila, Luz Ayda Pastrana.

La parlamentaria también agregó que “la paz no puede ser negociada con quienes insisten en la violencia”. Por su parte, el senador Carlos Fernando Motoa del Partido Cambio Radical, dijo a este Diario que es necesario “suspender los acercamientos con este grupo y debe ser el aparato estatal el que tome las decisiones pertinentes. Desafortunadamente los colombianos son quienes sufren las consecuencias”.

Sin solución a la vista

Para José Félix Lafaurie, quien integró la comitiva en búsqueda de la paz con este grupo, “la suspensión de diálogos es resultado de la incapacidad del Eln de entender que cuando un Gobierno le tiende una mano generosa para poder llegar e identificar las fallas o los elementos estructurales de la violencia y lograr superarlos, la respuesta no puede ser el paro armado, el confinamiento, el asesinato”.

Según dijo el presidente ejecutivo de Fedegán a EL NUEVO SIGLO, “a cada gesto del Gobierno contestaban con asesinatos, como el caso de los tres soldados de una base militar en Arauca en un atentado terrorista. El Gobierno hizo un comunicado diciéndole “esperamos que hayan hechos inequívocos de paz”, y la respuesta fue decretar un paro armado en el Chocó, confinando a la población prácticamente al hambre”.

Lo anterior, según el empresario, representó una ausencia de voluntad de paz, y permitió la dilatación constante de los diálogos, congelados desde febrero del año pasado, y aunque hubo interés en retomarlos en diciembre, la mesa nunca prosperó.

Sobre volver a la mesa, en caso de que esta sea reactivada, Lafaurie apunta a este Medio que para ello “creo que pasará un largo tiempo, pues no veo una solución de continuidad”. Además, señaló que “lo que se requiere del Eln son muestras inequívocas de paz. Es decir, tiene que pactar una retórica de lo que ha hecho realmente sus estructuras, afectando la sociedad civil y a tratar de encontrar aquellos elementos que les permitan dejar las armas e incorporarse a la vida civil”.