COMO SE esperaba en el inicio del 2025 en distintas regiones del país se están organizando grupos ciudadanos para buscar revocar en las urnas el mandato de varios alcaldes, incluso se habla de algunos gobernadores, al cumplir el pasado primero de enero el primer año en el cargo. De hecho, ante la Registraduría madrugaron a inscribirse comités promotores para iniciar la recolección de firmas las iniciativas contra los burgomaestres de Cali (Valle), Alejandro Eder; Pandi (Cundinamarca); Valparaíso (Caquetá); Guarne (Antioquía) y Soledad (Atlántico).
Entre estas iniciativas llama la atención la que se impulsa contra Eder en Cali, quien en una reciente encuesta sobre aprobación de gestión de alcaldes figuró en la mitad del ranking. Los mejor calificados fueron el de Medellín, Federico Gutiérrez, y el de Barranquilla, Alejandro Char.
Incluso en diciembre pasado, el Concejo de Cali le aprobó a Eder un proyecto de acuerdo que lo autoriza para solicitar un empréstito de 3,5 billones de pesos para 32 proyectos estratégicos del Plan de Desarrollo.
La iniciativa para revocar el mandato del alcalde de la ‘Sultana del Valle’ es promovida por el ciudadano Claudio Botina Hidalgo, quien dijo que “hemos recibido por parte de la Registraduría municipal de Santiago de Cali, la resolución para el inicio de la revocatoria del alcalde Alejandro Eder. Son múltiples las situaciones, escándalos y atropellos que el alcalde Alejandro Eder ha tenido en el transcurso de este año de gobierno municipal”.
La mayoría de los gobernadores de los principales departamentos, así como los alcaldes de las grandes capitales, tienen en sus primeros meses de mandato una alta imagen favorable, como lo registran las encuestas el año pasado.
Sin embargo, una situación que han mostrado en la práctica las revocatorias de mandato es que no solo las impulsan ciudadanos inconformes por la gestión de sus gobernantes, sino también es producto de rencillas políticas, especialmente de algunos sectores que fueron derrotados en las elecciones, distorsionando por esto último el espíritu del mecanismo que no es otro que el de empoderar el voto, en el sentido de que, así como la persona elige, también puede revocar el gobierno de turno.
Independientemente de las motivaciones, que cuando son de origen político es claro que los promotores no lo van a decir, la Registraduría Nacional está en la obligación de recibir todas las solicitudes de inscripción de revocatoria que se presenten.
¿Cómo funciona el mecanismo?
El proceso contempla la inscripción de un comité promotor de la revocatoria que tiene seis meses para conseguir un número de firmas de ciudadanos apoyando la iniciativa y para entregarlas a la Registraduría, de no menos del 30% de los votos que obtuvo en las elecciones el gobernante que pretenden sacar.
La Registraduría Nacional hace la revisión de las firmas de apoyo, descartando las que no son legibles, no corresponden con el número de cédula o se repiten. Si la cantidad de rúbricas es la requerida se convoca a la votación, por parte del presidente de la República en el caso de gobernadores y alcaldes de las ciudades capitales; y el gobernador en lo que corresponde a los alcaldes de distritos y municipios que no son capital de departamento.
El gobernante sale del cargo si en las urnas se pronuncia a favor de la revocatoria como mínimo la mitad más uno del 40% de los votos válidos registrados el día en que fue elegido.
Son dos las razones previstas para la revocatoria de gobernadores y alcaldes: el incumplimiento del plan de desarrollo o descontento por la gestión en el cargo.
Desde 1996 se realiza este mecanismo en el país, pero solamente dos revocatorias han tenido éxito porque las demás no alcanzaron los votos suficientes en las urnas: en Susa (Cundinamarca) en febrero de 2022, fue revocada la alcaldesa Ximena Ballesteros; y en 2018 en Tasco (Boyacá), revocaron al alcalde Nelson García.