Revocatoria, un fantasma para nuevos mandatarios | El Nuevo Siglo
Foto Diana Rubiano/ El Nuevo Siglo
Sábado, 4 de Enero de 2020
Redacción Política

La polarización política hace prever que el próximo año podría provocarse una explosión de estas iniciativas en distintas regiones

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Este 2020 por ser el primer año de gestión de los 32 gobernadores y los 1.102 alcaldes elegidos en octubre pasado están a salvo de la revocatoria de mandato, instrumento establecido en la Constitución para que la ciudadanía así como elige un mandatario, lo pueda sacar del cargo cuando no está satisfecha con su labor. Sin embargo en 2021 se espera que surjan muchas iniciativas en este sentido.

Vale recordar el antecedente de 2017, cuando se presentó una verdadera explosión de solicitudes de revocatoria de mandato de alcaldes, como se vio con la inscripción por esos días ante la Registraduría de más de 100 comités ciudadanos para recoger firmas que respaldaran esos procesos.

En esa oportunidad finalmente el Consejo Nacional Electoral (CNE) autorizó que 14 iniciativas de revocatoria fueran a las urnas, tras revisar que cumplieran los requisitos de ley para poder convocar a los ciudadanos y consultar si están de acuerdo o no con la permanencia en el cargo del mandatario en cuestión.

En esa oportunidad el CNE informó que realizaría un estudio acerca de las razones que motivaron la explosión de solicitudes de revocatoria de mandato de alcaldes, esto después de que la Federación Colombiana de Municipios, la Federación Nacional de Departamentos y varios burgomaestres hicieran llegar comunicaciones pidiéndole que interviniera porque, según ellos, la estarían utilizando en las respectivas regiones para presionar a gobernantes locales y departamentales.

No obstante al final, el Consejo Electoral quedó debiendo dicho estudio. También se frenó en esa oportunidad en su intención de regular el mecanismo, después de que la Misión de Observación Electoral advirtiera que el organismo de acuerdo a sus competencias solo está facultado para reglamentar aspectos técnicos y procedimentales en los mecanismos de participación ciudadana y, por ello, podría rebasar sus competencias al evaluar si un mandatario da o no cumplimiento a los planes de gobierno que amerite la realización o no de la revocatoria.

Mientras que en 2018 un total de nueve revocatorias de mandato llegaron a las urnas, esto hasta el mes de junio pues la ley es clara en que el mecanismo no aplica en los últimos 18 meses del mandato.

Precisamente en 2018 se produjo un hecho que no le queda grande calificarlo como histórico en la vida que tienen las revocatorias de mandato en Colombia, pues por primera vez un alcalde fue cesado del cargo por la decisión de los ciudadanos en las urnas.

Ello sucedió en Tasco (Boyacá) en donde 1.658 ciudadanos acudieron a las urnas, cifra que superó el umbral mínimo de 1.382 sufragios requerido para que la revocatoria prosperara, pues para que una revocatoria sea aprobada es necesario el pronunciamiento popular de la mitad más uno de los votos de los ciudadanos que participen, siempre que el número de sufragios no sea inferior al 40% de la votación total válida registrada el día en que se eligió al respectivo mandatario.

En Tasco 1.609 ciudadanos votaron por el Sí y 21 por el No, lo que significó la salida de Nelson Javier García Castellanos.

Desde la primera revocatoria de mandato en el año 1996 se han realizado hasta la fecha 136 jornadas en las urnas, con tan solo una aprobada, como se dijo en Tasco, Boyacá.

La casi totalidad de estas revocatorias han sido fallidas porque no alcanzaron el umbral de participación, lo cual para expertos se debería a que todavía los ciudadanos no se han apropiado del mecanismo. Otros señalan que también tendría que ver que ver con que los requisitos para su aprobación aún son muy exigentes.

No obstante la Ley 134 de 1994, que exigía recoger un número de firmas de respaldo a la iniciativa equivalente al 40% de los votos obtenidos por el mandatario y que la participación ciudadana fuera el 60% de la votación total válida registrada el día de la elección del mandatario, fue reformada por la Ley 1757 de 2015, que flexibilizó estos requisitos reduciendo el número de firmas de apoyo al 30% de los votos obtenidos por el elegido y el umbral de participación al 40%.

A pesar de la flexibilización de estos requisitos las revocatorias de mandato de gobernadores y alcaldes siguen sin entregar los resultados esperados, en lo que tiene que ver con la participación de los ciudadanos en las urnas.

Actuales mandatarios

La polarización política que hay en el país se reflejó en los resultados de los comicios territoriales del año pasado en donde los movimientos ciudadanos avanzaron logrando triunfos en alcaldías y gobernaciones, ganando terreno a los partidos.

Es claro que los partidos y los clanes políticos regionales no se van a quedar quietos en su búsqueda de recuperar el poder en 2023, más ahora con el Estatuto de Oposición que les da más garantías y posibilidades de hacerse notar a través de figuras como el derecho de réplica.

Ello sumado a otras iniciativas que surjan de la ciudadanía fundamentadas en la mala gestión del gobernante o que no ha cumplido su programa de gobierno, hacen prever que el próximo año podría haber ‘cosecha’ de revocatorias de mandato de alcaldes y gobernadores.

Reglamentación

El presidente del Consejo Nacional Electoral, magistrado Hernán Penagos, dijo a EL NUEVO SIGLO que la revocatoria de mandato “se volvió una estrategia de quienes no quedan conformes con el elegido”. Añadió que “se dice que esta se da por incumplimiento del plan de desarrollo propuesto”, pero “a veces ni siquiera esperan a la aprobación del plan de desarrollo para empezar a socializar buscar firmas y a deslegitimar al gobernante como estrategia para torpedear el ejercicio”.

Penagos dijo que este tema “es muy complejo en el país y no dude que seguramente el próximo año estaremos con muchas solicitudes del mismo talante, de personas que dicen que se incumple un plan de gobierno que escasamente tiene unos cuantos meses de aprobado. Eso se volvió una moda y una forma de no dejar gobernar”.

Por ello el magistrado Penagos señaló la necesidad de una reforma, que “se debe hacer con mucho juicio porque si mañana se propone que se acabe la revocatoria del mandato, eso termina configurándose como un ataque a las iniciativas ciudadanas. Lo que yo creo es que hay que colocarle mayores requisitos a las solicitudes de revocatoria de mandato porque, por ejemplo, en Armero, Tolima, se presentó una revocatoria de mandato, se hizo todo un procedimiento que es bien complejo, se convocaron a elecciones, se gastó un dinero importante y creo que no votaron sino 50 personas”.

Añadió que ello “no justifica que se inviertan recursos, se gasten dineros públicos para una revocatoria con tan baja participación y sin resultado. Además que en Colombia la mayoría de revocatorias se frustran porque no alcanzan los resultados esperados. No se puede acabar con la revocatoria porque es un instrumento importante, pero tampoco puede permanecer como está porque se convierte en una figura para torpedear un gobierno o para mover unas elecciones donde ni siquiera se alcanzan los votos”.