El calentamiento global no da tregua. Prueba de ello es que el observatorio climático europeo Copernicus, en datos confirmados por la Organización Meteorológica Mundial (OMM), advirtió que el planeta registró en 2024 un aumento de su temperatura media de más de 1,5° C en los últimos dos años. Se trata de un hecho muy preocupante por cuanto este es el límite simbólico establecido por el Acuerdo de París en el marco del combate al cambio climático.

Según el citado observatorio, el año pasado fue el más cálido jamás registrado desde que comenzaron las mediciones estadísticas en 1850. Aunque ese récord había sido pronosticado desde hace varios meses, el secretario general de la ONU, António Guterres, advirtió que estas “temperaturas desconocidas” en 2024 requieren una acción climática drástica en 2025 que, desde ya, también se prevé que romperá las marcas históricas en la materia.

Si bien el vocero del máximo ente multilateral del planeta señaló que “aún hay tiempo para evitar lo peor de la catástrofe climática”, recalcó que los líderes deben “actuar ahora”.

Este nuevo pico en las temperaturas ya había sido alertado en Estados Unidos por su agencia para océanos y la atmósfera (NOAA).

Hay muchas esperanzas puestas este año sobre los compromisos nacionales que asuman todos los gobiernos en cuanto a la reducción más efectiva de emisiones de gases contaminantes o de efecto invernadero. El escenario principal será la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático 2025 (COP30), que se realizará en Belém de Pará (Brasil).

En medio de esta nueva alarma mundial sobre el calentamiento global se empiezan a conocer también los primeros balances sobre las tragedias naturales que ocurrieron en 2024 y que tienen alguna conexidad directa o indirecta con el cambio climático. La pérdida de vidas es muy alta y los daños económicos billonarios.