El exmandatario y candidato presidencial republicano regresó el sábado a la misma ciudad en donde sufrió un intento de asesinato en julio y allí prometió que “nunca” se rendirá, en medio de una carrera hacia la Casa Blanca aún marcada por amenazas de violencia política. “Hace exactamente 12 semanas, esta noche, en este mismo lugar, un asesino a sangre fría intentó silenciarme”, dijo el republicano a miles de seguidores que lo vitoreaban en Butler, Pensilvania, esta vez detrás de un cristal a prueba de balas. Trump calificó al tirador como un “monstruo atroz” y prometió: “Nunca me rendiré (...) nunca me doblegaré (...) nunca me quebraré”. El desafiante y muy publicitado regreso de Trump a Butler se produjo exactamente un mes antes de las elecciones presidenciales del 5 de noviembre, una jornada que para el presidente Joe Biden podría darse en medio de un clima de violencia, como alertó el viernes. Esta vez la seguridad en Butler fue mucho más estricta, con escuadrones de francotiradores y drones de vigilancia.