Algunas cosas siguen siendo las mismas de cada jornada regional, otras se han agravado y otras han ido desapareciendo, o al menos registran un peso menor con respecto a otras épocas
1. Paz
Luego de la contienda electoral presidencial, en la que el proceso de paz que adelanta el Gobierno nacional en La Habana fue puesto como el eje de la campaña, dado que como se preveía en segunda vuelta se enfrentaron el presidente Juan Manuel Santos y el exministro Óscar Iván Zuluaga, se llegó a considerar que en los comicios de octubre ocurriría otro tanto.
Sin embargo, no fue así. A pesar de que en las urnas estará en juego nada menos que establecer quiénes serán los mandatarios seccionales y locales del posconflicto, ese no ha sido el tema relevante. De hecho, como veremos a continuación han sido tres las preocupaciones.
Puede decirse que la principal falla de cálculo consistió en que no se logró un acuerdo con las Farc que tuviera que ser refrendado juntamente con la elección de gobernadores, diputados, alcaldes, concejales y ediles.
2. Alianzas
A la luz de lo anterior no sorprende que en todo el país hayan protocolizado alianzas entre santistas y uribistas, además de que otras asociaciones difícilmente pensables a nivel nacional se hicieron posibles en las regiones.
Los dirigentes de todas las colectividades explican el fenómeno señalando que las circunstancias locales son diferentes, sin embargo hay un aspecto que miraremos en el punto siguiente.
Para colmo de males, no son pocos los casos de dirigentes de una u otra tendencia que concretan “acuerdos programáticos” con el candidato X y hacen la fiesta respectiva con foto incluida, para pasados unos cuantos días hacer lo mismo con el aspirante y, de manera que al final no se sabe quién apoya a quién (o quién le está haciendo ‘conejo’ a quién).
Sin embargo, cabe precisar que las colectividades al sacar sus cuentas nacionales luego de los comicios contarán como triunfo el lograr estar en las coaliciones triunfantes en cada región.
Por cierto que en medio de este contexto, resulta complejo anticipar el mapa político que resultará de las urnas (y aún después, va a ser difícil determinar con claridad las sumas y restas pertinentes).
3. Divisiones
Es completamente normal que en los partidos haya diferentes tendencias o matices, como ahora se les llama en algunas colectividades, que corresponden a diferentes corrientes que se mueven al interior de las organizaciones políticas.
Pero ha resultado un hecho notable que las tendencias se comporten en las regiones como partidos aparte, llegando a veces a dividirse en dos o tres fracciones, situación que a veces hace recordar las famosas operaciones avispa del pasado.
Para hablarlo francamente, en muchos casos se trata de la supervivencia de las microempresas electorales que se suponían desterradas del panorama con las sucesivas reformas políticas que estaban encaminadas a fortalecer los partidos.
4. Crisis fronteriza
Faltando tan pocas semanas para la jornada electoral ha resultado un golpe duro para las campañas que el estallido de la crisis fronteriza con Venezuela le haya quitado protagonismo al movimiento de los candidatos.
El foco mediático, que hasta ahora solo disputaban las campañas con el proceso de paz y el agite producido por las confusiones entre implementación y refrendación de los acuerdos, se lo llevó totalmente el conflicto generado por los cierres fronterizos ordenados por Maduro, las deportaciones y la huida de miles de colombianos.
Algunos candidatos han sorteado el asunto manifestándose de alguna forma en torno a las relaciones con Venezuela con tal de lograr espacio en los medios de comunicación.
5. Encuestas
Las encuestas nunca logran dejar contentos a todos, pero en esta ocasión la opinión registra con preocupación las diferencias tan grandes entre unos y otros estudios, a tal punto que hasta los candidatos ganadores en los sondeos prefieren tomar distancia de los resultados.
Por supuesto, sin necesidad de poner en duda la idoneidad de los encuestadores, es urgente que se genere algún mecanismo, así sea de autorregulación, que le permita a la ciudadanía contar con una herramienta que le ayude a tomar decisiones y no, como ahora, que más bien fomenta la incertidumbre.
6. Riesgos
Hay viejas dolencias electorales que siguen aquejando el debate democrático, tal como lo dejan ver los estudios de riesgos elaborados por la Misión de Observación Electoral (MOE) y la Defensoría del Pueblo. Mientras el primero indica que 204 municipios se encuentran en riesgo por fraude y por factores de violencia, el segundo elaborado con base en su Sistema de Alertas Tempranas señala que son 268 los municipios de 29 departamentos con riesgo electoral por incidencia del conflicto armado.
7. Violencia
No todo es malo. Aunque cualquier asomo de violencia, incluso en que busca incidir en los resultados electorales, no es deseable, la MOE concluyó que en 438 municipios hay riesgos por factores de violencia, 9 menos que en las pasadas elecciones locales de 2011, donde la cifra de municipios en riesgo por esta variable fue de 447. De los 438 municipios, 80 registran riesgo extremo, 129 riesgo alto y 229 riesgo medio.
Efectivamente, aunque existen denuncias de amenazas a candidatos, algunas de las cuales se han concretado con la muerte de los aspirantes, la verdad es que son muchos menos los casos de los registrados en contiendas anteriores.
La MOE alertó que 59 municipios aparecen con riesgo electoral extremo por violencia y por factores indicativos de fraude, en tanto que la Defensoría del Pueblo asegura que están en riesgo extremo 41 municipios en 14 departamentos del país.
8. Decisiones pendientes
Como lo publicó la semana pasada EL NUEVO SIGLO, la revocatoria de la inscripción de cerca de mil candidatos que estarían inhabilitados para ocupar los cargos a los que aspiran y la revisión de la validez aproximadamente de 10 millones de firmas que presentaron 307 grupos significativos de ciudadanos son las dos grandes dudas que hay en este momento en la organización electoral.
El tema de la revocatoria de la inscripción de candidatos es urgente evacuarlo para el Consejo Nacional Electoral porque el calendario para las elecciones territoriales del próximo 25 de octubre establece que el 25 de septiembre vence el plazo para la revocatoria de la inscripción de candidatos por causas constitucionales o legales, inhabilidad sobreviniente o evidenciada con posterioridad a la inscripción.
Sin embargo, los partidos y movimientos políticos pueden de acuerdo a la ley inscribir hasta un mes antes de las elecciones a candidatos para reemplazar a quienes les sea revocada la inscripción.
9. Voto en blanco
A mitad de la semana pasada una encuesta prendió las alarmas entre el electorado cartagenero al revelar que el 21 por ciento de los habitantes de la capital de Bolívar se inclinaba por sufragar en blanco en los comicios de octubre, liderando la intención de voto para ese certamen con diferencias que estaban dentro del margen de error con los aspirantes Antonio Quinto Guerra, del Partido Conservador, y Manuel Vicente Duque, del movimiento Primero la Gente.
Sin embargo, el dato seguramente será solo una anécdota, no solo porque es tradicional que muchas veces ese “voto en blanco” de las encuestas marque en realidad un margen de indecisión entre los sufragantes, sino porque si eso ha acontecido en ocasiones anteriores con comités que promovían esa opción entre la ciudadanía, ahora tiene menos posibilidades de prosperar sin que haya quién lo auspicie.
Efectivamente, según cifras de la Registraduría, solo se inscribieron en todo el país cinco movimientos por el voto en blanco: uno para una Gobernación y cuatro para varias alcaldías.
10. Trasteo
La mala noticia es que la clase política continúa acudiendo al trasteo de votos para hacer fraude electoral. Al Consejo Nacional Electoral llegaron más de 400 denuncias por trashumancia.
El trasteo de votos se ha generado de una manera casi descarada en cuanto a la inscripción de cédulas en varios departamentos, revelados por el Gobierno como los más preocupantes, que desde el principio delataron su existencia con más del doble de habitantes inscritos en varios municipios y en donde se anunció se harían censos para determinar cuáles serían las personas inscritas donde no corresponde y a quiénes se les abriría un proceso penal en la Fiscalía General de la Nación por fraude electoral.
La buena noticia son las modernas herramientas para cruzas información y descubrir con certeza el fraude. Por ejemplo, es claro que si una persona está registrada en el Sisben del municipio X no tiene por qué aparecer inscrita para votar en la población Y.
Sin embargo, “hecha la ley, hecha la trampa”. El procurador Alejandro Ordóñez ya alertó sobre alcaldes que están utilizando el Sisben para legalizar el trasteo de votos y evitar que se anule la inscripción de esas cédulas.
“Si nosotros encontramos que los alcaldes están manipulando el Sisben para manipular los trasteos, iniciaremos procesos disciplinarios verbales para dar un mensaje claro a los ciudadanos y neutralizar la manipulación de que están siendo objeto estos procesos que en últimas afectan la transparencia electoral”, dijo.