Los incendios forestales han generado una fuerte alarma ambiental dada la crudeza con la que se han desatado, siendo algunos muy difíciles de controlar. Esta realidad se ha visto reforzada por un patrón climático caracterizado por temperaturas muy altas y sequías prolongadas.
Por ejemplo, y según información del Instituto Distrital de Gestión de Riesgos y Cambio Climático (Idiger), la última vez que había llovido en Bogotá fue el 11 de enero de 2024 (el 31 de enero volvió la lluvia a la Capital); es decir, que los capitalinos estuvieron sometidos a una sequía de 20 días. Y así ha ocurrido en diferentes ciudades de Colombia. Este panorama ha generado una sensación de alerta y un llamado a encontrar respuestas ante la emergencia.
Bomberos, socorristas, Fuerzas Militares y autoridades locales; entre otros, han aunado todos sus esfuerzos para intentar mitigar las llamas que se han presentado en departamentos como Huila, Antioquia, Santander, Sucre, Boyacá, La Guajira y Cundinamarca. Según los últimos reportes entregados por el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, las autoridades reportaban 536 incendios forestales desde el 3 de noviembre de 2023 hasta el 31 de enero de 2024, la mayoría ya controlados.
No obstante, y pese a que se ha manejado la situación, las dudas persisten. ¿Se van a recuperar los ecosistemas? ¿Se debe iniciar el proceso de siembra de árboles? ¿Cómo ayudar a la fauna silvestre que se ha visto afectada? Estas y otras dudas son despejadas por investigadores del Instituto Humboldt, quienes elaboraron un conjunto de recomendaciones sencillas, con bases técnicas, para el manejo de la biodiversidad en estos eventos y actuar de manera estratégica y acertada. Estas son algunas de las recomendaciones. Para conocerlas todas, puede acceder aquí.
Este no es un buen momento para lanzarse a sembrar. La temporada seca va a continuar varias semanas y es muy probable que muera lo que siembre, aumentando el riesgo de nuevos incendios. Tampoco sirve de mucho salir a fertilizar en la zona.
La naturaleza es sabia y almacena un gran banco de semillas en el suelo que, con la luz y otros factores, germinará recuperando parte de lo perdido, esto es clave en los páramos y bosques que estaban bien conservados antes del incendio.
Muchas zonas cerca de las ciudades fueron cubiertas por especies exóticas (ej.: pinos, acacias, eucaliptos) que producen mucho material muerto como hojas y ramas que se encienden fácilmente. Allí se requiere una intervención de largo aliento donde se reemplace, de manera gradual, la presencia de exóticas por nativas, lo que reduce el riesgo futuro.
Cuando sea viable sembrar, recuerde que no todo se soluciona plantando árboles. Arbustos y hierbas son claves en la retención del suelo quemado, este queda desnudo y se puede erosionar rápido con las lluvias y vientos.
Los frailejones son muchos y muy diversos, algunos crecen rápido, otros lento, pero especialmente se diferencian entre regiones. No lleve semillas de un frailejón de un páramo para sembrar en otro distante, puede afectar la recuperación de los que previamente estaban allí.
Si ve un animal silvestre cerca de su casa no lo asuste ni lo espante. Déjelo descansar y permita el paso de animales que huyen por la zona.
Los animales silvestres que puedan verse afectados por los incendios no son mascotas. Evite llevarlos a su casa y darles trato de animal doméstico. Un animal silvestre estresado puede atacar, por eso le recomendamos que no los manipule, lo mejor es observarlos desde la distancia y asegurarse de que no estén en riesgo.
Desconocemos la dieta de muchos de los animales silvestres, por tanto, es preferible que no los alimente, pues no sabe si algo les puede hacer daño. Además, alimentarlos altera su comportamiento natural y puede acostumbrarlos a pedir comida, exponiéndose a accidentes con carros y con mascotas.
Evite que sus mascotas entren en contacto con los animales silvestres para evitar agresiones, heridas y transmisión de enfermedades. Mascotas como perros y gatos pueden estresar mucho a la fauna nativa.
Informe a las autoridades competentes de su ciudad o región tan pronto como detecte un animal silvestre que requiera ser recogido, trasladado o tratado por su condición de salud o edad. Evite manipularlos y asegúrese que no estén en riesgo.