Colombia alberga seis de las 22 especies de armadillos que habitan únicamente el continente americano desde los Estados Unidos hasta la Argentina y Chile. Cinco de estas especies habitan en los Llanos Orientales, convirtiéndose en el área con mayor diversidad de estos curiosos mamíferos en el país. A su vez, en los Llanos se encuentran las dos especies amenazadas a nivel nacional: los ocarros (Priodontes maximus) y los cachicamos sabaneros (Dasypus sabanicola).
Mariella Superina, presidenta del Grupo de Especialistas en Hormigueros, Perezosos y Armadillos de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, señala que estas especies son “auténticos fósiles vivientes” cuyos antepasados conocidos datan de hace al menos sesenta millones de años.
Con el objetivo de proteger a largo plazo los hábitats y las especies de armadillos que moran los Llanos Orientales, la Fundación Omacha y Fondation Segré aúnan esfuerzos para continuar la implementación del programa pionero para la conservación y su manejo, especialmente del ocarro y el cachicamo sabanero. Esta nueva fase del programa pretende avanzar en la recopilación de registros de las especies de armadillos y los lugares en los que hacen presencia estos carismáticos animales, con ayuda de los habitantes de la región.
“El llamado es a las comunidades locales, finqueros y habitantes de reservas ubicados en los departamentos de Arauca, Casanare, Meta y Vichada a que nos apoyen en el monitoreo de estas especies para que construyamos juntos un gran mapa de la presencia de los cachicamos en la Orinoquia”, dijo Fernando Trujillo, director científico de la Fundación Omacha.
Con estos datos se pretende solventar uno de los desafíos que han enfrentado los investigadores al momento de estudiar a este grupo de mamíferos: la falta de información básica sobre la vida de los armadillos, su distribución y los motivos por los que están disminuyendo sus poblaciones.
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Además, junto con la implementación de buenas prácticas en el sector agropecuario y forestal, el programa busca generar acuerdos de conservación con diferentes actores de la región, como gobiernos locales, autoridades ambientales, empresas privadas, instituciones educativas, comunidades locales y dueños de restaurantes locales. Es precisamente con este último sector que se pretende disminuir la caza comercial y venta ilegal, retomando la campaña “Restaurantes libres de carne de monte”.
En esta iniciativa, los restaurantes vinculados se comprometerán a no comercializar carne de monte, y participarán en capacitaciones sobre temas ambientales y zoonóticos. También se les entregará material informativo sobre este programa de conservación y manejo para que lo compartan con sus clientes. Esta campaña procura proteger no solo a los armadillos, sino otras especies que son consumidas en la región, como la lapa, danta, chigüiro y venado.
El Programa de Conservación y Manejo de Armadillos en los Llanos Orientales fue creado en el 2012 gracias a la alianza estratégica entre la Fundación Omacha; las autoridades ambientales de la región, Corporinoquia y Cormacarena, la empresa ODL S.A. y el Bioparque Los Ocarros, quienes trabajaron de la mano con comunidades locales e instituciones educativas de la región.
Con los resultados obtenidos durante los primeros años de ejecución, en el año 2014 se construyó el Plan de acción para la conservación de los armadillos de los Llanos Orientales. Este plan es el reflejo del trabajo unificado de dos autoridades ambientales colombianas, junto con la empresa privada, el sector de las ONG y la sociedad civil.
Este plan de acción tiene como visión que para el año 2025, se habrá establecido medidas de conservación para los armadillos de los Llanos Orientales a través de iniciativas de investigación sólidas, mecanismos de control efectivos, acuerdos de conservación, uso y manejo sostenible con comunidades locales y procesos de educación ambiental continuos en un marco de acción participativo, asegurando así que se aplicaran diferentes estrategias de conservación en toda la región, que abarca un área aproximada de 260.000 kilómetros cuadrados.
En estos años de trabajo por la conservación de los armadillos, se ha logrado sensibilizar a la comunidad frente a la importancia y el valor de estos animales, así como de los hábitats donde se encuentran. También se ha incrementado el conocimiento respecto a la distribución, ecología y las amenazas que enfrentan. Además, se ha trabajado de la mano de los pobladores locales para registrar la presencia de armadillos en predios y fincas de la región.
Finalmente, se ha logrado difundir información clave dirigida a públicos específicos y a los colombianos en general, a través de diferentes tipos de publicaciones, como el libro Armadillos de los Llanos Orientales, el Manual de mantenimiento y rehabilitación de armadillos, cartillas dirigidas a niños, niñas, jóvenes, público en general y diversas publicaciones científicas.