Reunir cada vez más a los ciudadanos alrededor de lo que ofrece el mundo de las letras, ser más inclusivos y apoyar a la literatura independiente serán algunos de los hilos que moverán las próximas ediciones de la Feria Internacional del Libro de Bogotá (Filbo), bajo la dirección de un nuevo gestor cultural.

Así lo afirmó Andrés Sarmiento Villamizar, nuevo director de la Filbo, en entrevista con EL NUEVO SIGLO, quien habló acerca de sus propósitos con la Feria, el papel que cumplirá la virtualidad en el evento y la vigencia del libro físico.

EL NUEVO SIGLO: ¿Cómo ha sido su relación con el mundo de la literatura?

ANDRÉS SARMIENTO VILLAMIZAR: Mi relación con el libro ha sido muy estrecha. Crecí en Pamplona, en Norte de Santander, donde no tenía tantos recursos como ahora con el internet y toda la oferta que hay en televisión y en cine, entonces mi único refugio eran los libros.

Tenía una biblioteca al lado de mi casa y adicionalmente mi mamá era bibliotecaria, mi abuela era maestra y mi abuelo era el director de un periódico bastante antiguo. Leía desde los cuatro años, entonces mi acercamiento a la lectura fue desde la primera infancia con grandes clásicos como los libros de Julio Verne o las grandes enciclopedias.

En el colegio me acerqué más hacia las humanidades y en la universidad estudié periodismo y comunicación social; también mi inclinación fueron siempre los contenidos escritos.

ENS: Luego de varios años encaminado al sector de los libros y de la gestión cultural ¿Qué representa para su carrera llegar a la dirección de la Filbo?

ASV: Llevo casi 15 años en la industria editorial. Soy escritor de literatura infantil, mi seudónimo es Enrique Rojo y ya llevo tres libros publicados. He sido editor, corrector de estilo, he estado encargado de la promoción de libros en diferentes editoriales y el año pasado dirigí la Feria Internacional del Libro de Cali.

Y este año el reto es grande porque es volver a la presencialidad después de más de dos años con la Filbo. Estoy muy contento con este desafío y honrado de poder poner al servicio de la Filbo todos estos años de experiencia como escritor, editor, promotor de gestión cultural.

Asumo el reto de seguir haciendo crecer a la Filbo, que se ha convertido en una de las ferias del libro más importantes del mundo de habla hispana, y la cual está acercándose a grandes pasos a eventos como el de Guadalajara, que es uno de los más importantes del mundo. Es un reto enorme en una situación pospandémica y de economía en recuperación.

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ENS: ¿Cuáles serán sus propósitos como líder de este encuentro entre libros y lectores?

ASV: Uno de mis propósitos es unir al país alrededor de la Feria Internacional del Libro de Bogotá, que no solamente se constituye en un certamen alrededor de los libros, sino que hay muchísimas manifestaciones culturales, artísticas, musicales, gastronómicas y de opinión. Aquí se discuten ideas y conversaciones de todo tipo. Por ejemplo, tendremos un debate presidencial en esta edición de la Feria.

Creo que el reto es ser más inclusivos, tratar de ver las manifestaciones literarias de todo nuestro país, apoyar mucho la literatura y la edición independiente y descubrir escritores nuevos, así como también hacer crecer todo el tema de negocio de contenidos, ya que Bogotá ha crecido como epicentro de negocios en lo que tiene que ver con los temas editoriales.

Algo muy importante es seguir fortaleciendo la oferta para niños y jóvenes, la promoción de literatura por supuesto se consolida en la primera infancia y en la juventud y estos son los públicos que han crecido en la Feria.

Son ya casi 35 años de trabajo y de gente que ha crecido con la feria, yendo a buscar los libros de su predilección y sobre todo vivir una experiencia, porque la feria es eso al final de cuentas, una experiencia cultural importantísima para el país.

ENS: Para esta edición Corea del Sur es el invitado de honor ¿Cuáles diría que son los atractivos de la literatura de este país asiático?

ASV: El segmento cultural de El País, de España, sacó el pasado fin de semana un artículo interesante sobre cómo la cultura coreana está permeando al mundo. En ese sentido, Colombia no ha sido ajena a ese estímulo, ya que hemos estado expuestos a la música coreana, sobre todo de bandas juveniles, al cine asiático con películas premiadas y a telenovelas que podemos ver en Netflix también muy populares. Incluso en la gastronomía, pues se están abriendo muchos más restaurantes coreanos.

Y nuestra misión es mostrarle a la Feria Internacional del Libro de Bogotá escritores de ese país, que incluirá a destacados poetas, plumas de segunda generación de países como Estados Unidos, cuyos textos y narrativas están orientadas hacia Corea.

Será además un escenario muy importante en el que se conmemoran 60 años de relación binacional, por eso Corea del Sur es invitado a esta Feria del Libro de Bogotá y Colombia será país invitado en la Feria del Libro de Seúl, en julio. Esperamos que la delegación coreana sea grande e importante para la feria.

ENS: Mencionó que el gran reto es volver a la presencialidad, sin embargo, ¿la virtualidad seguirá teniendo un espacio en la realización de la Filbo?

ASV: Creo que estos certámenes cambiaron para siempre con la pandemia. La virtualidad permitió romper el tiempo y el espacio, entonces tenemos ferias durante todo un año.

A propósito de ello, otro de los retos es descentralizar la Filbo y la virtualidad nos permitió llegar a otros lugares del país y del mundo. Con los eventos virtuales tendremos grandes autores, para llevar a cabo una edición híbrida, es decir, por supuesto que la Feria será 100% presencial, pero habrá algunos eventos que se transmitirán en streaming para permitirle a personas que no puedan acercarse a Corferias o que viven en otros lados del país, incluso del mundo, poder acceder a nuestros contenidos, ya que por supuesto la Feria tendrá una programación constante.

ENS: La pandemia impulsó la lectura en el país. Después de dos años de esta emergencia sanitaria, ¿cree que aún sigue existiendo esa "fiebre" por los libros?

ASV: Sí, por supuesto. Creo que uno de los sectores menos afectados fue el de los libros. En pandemia la gente se refugió mucho en la lectura y precisamente las editoriales sobrevivieron y las librerías están más organizadas, pudieron subsistir de esta dinámica.

Creo que a pesar de los vaticinios apocalípticos de que el libro iba a desaparecer en el 2008, lo que nos ha demostrado es que el libro sigue siendo un objeto imprescindible para el ser humano. Es un objeto, que como decía Humberto Eco, es perfecto como la cuchara o la rueda.

Y es que antropológicamente necesitamos leer para memorizar. Es un tema que al tocar, pasar la hoja y oler el papel, hace que se memorice mucho más, que leer en un dispositivo electrónico. Y estos estudios que indican que aumentó la lectura en pandemia, nos permiten saber que el libro no va a morir y nunca va a desaparecer.  

Esto hace además que las ferias de libros sigan siendo eventos importantes porque alrededor de ellos se genera conversaciones, agendas de opinión, dinámicas artísticas, culturales, de cine, música, tendencias, televisión, sociedad, antropología, educación, e infinidad de temas que nos impone la vida. Esa es la gran diferencia de una feria del libro a una de cine, porque en una feria del libro los temas son infinitos.