MIENTRAS varios analistas pronosticaban que, en el segundo trimestre de este año, la economía podría crecer apenas 0,5% producto de la desaceleración en el consumo, la industria y el comercio, todo indica que esa cifra puede ser peor.
En efecto, los investigadores del Bancolombia ya predicen que el Producto Interno Bruto (PIB), debido al fuerte incremento de las tasas de interés, sería de 0,3%.
Señalan los analistas que “nuestras estimaciones a partir de las cifras más recientes de indicadores líderes oficiales apuntan a que la economía de Colombia habría exhibido un muy modesto crecimiento anual en el segundo trimestre del año. Este resultado se acerca mucho al avance de 0,5% anual adelantado por nuestro NowCast para este periodo y pone de manifiesto un contexto reciente mucho más desafiante para la actividad productiva que lo vivido en los primeros tres meses del año”.
Frente al periodo anterior, el PIB habría perdido 2,7% mostrando el impacto de la política monetaria.
Ajustes
Consideran los expertos que “en particular, este modesto crecimiento anual sería coherente con un retroceso secuencial (trimestre a trimestre) del PIB a partir de la serie ajustada por efectos estacionales. Según la metodología que se utilice para el proceso de desestacionalización y a partir de la serie disponible del DANE hasta el primer trimestre de este año ‒que podría sufrir ajustes por revisiones en la publicación del próximo 14 de agosto‒, la caída trimestral de la economía habría sido de entre 1% y 1,2% (anualizado entre -3,9% a -4,7%)”.
Apuntan que “de materializarse, este sería un resultado desafiante, pues es la caída trimestral más fuerte que la economía habría enfrentado originada exclusivamente por factores intrínsecos al ciclo económico (la política monetaria). Desde 2005 hasta ahora solo hay 4 trimestres en que la producción retrocedió con mayor fuerza, todos explicados por choques económicos exógenos: el segundo trimestre del 2021 por el paro nacional; el primero y segundo trimestre del 2020 por la pandemia; y el cuarto trimestre del 2008 por la crisis financiera internacional de ese año”.
Insisten los expertos que, en esta ocasión, entre tanto, el principal determinante de la desaceleración de la economía es el fuerte apretón monetario que el Banco de la República se ha visto en la obligación de adelantar para combatir la más dura coyuntura inflacionaria en lo corrido de este siglo.
- Le puede interesar: Piden que se descongelen tarifas del diésel antes de diciembre
Señales
Por otra parte, los investigadores estiman que “la buena noticia es que una cifra de esta magnitud implicaría que los incrementos en las tasas de interés efectivamente se están transmitiendo a la economía. Incluso, la dinámica se estaría acentuando al punto tal que el PIB pasó de un crecimiento superior al potencial en el primer trimestre del año a precipitarse hacia lo que se consolidaría como una recesión técnica durante el segundo semestre del año”. Indican que este “es un proceso que implica retos e impactos de corto plazo, pero que traerá réditos en términos de la recuperación de la estabilidad macroeconómica del país: una inflación que seguirá dando señales de convergencia y la reducción del desbalance externo (de cuenta corriente)”.
Precisamente, desde el punto de vista de la demanda, es previsible que los rubros que hayan presentado el mayor debilitamiento sean los relacionados con el gasto privado: el consumo de los hogares y la inversión fija. Más aún, la evolución reciente de las cifras del comercio minorista, las importaciones y la producción manufacturera dejan entrever que la demanda por bienes sigue siendo la más golpeada, mientras que los rubros de servicios podrían seguir exhibiendo cierta resiliencia.
Entre tanto, el gasto público estaría haciendo contrapeso. Los resultados de junio del mercado laboral, junto a definiciones como la del incremento salarial –con impacto retroactivo‒ de los trabajadores del sector público y la adición al Presupuesto de la Nación de 2023, ponen de manifiesto cómo la contratación de servicios y los pagos de nómina del Gobierno en sus diferentes niveles están evitando que el debilitamiento de la economía sea superior. Por su parte, en el sector externo el desbalance se habría estabilizado. Si bien las importaciones vienen debilitándose a un ritmo superior, durante el segundo trimestre también se empezó a ver una tendencia similar en las exportaciones.