Se cumplen cien años de historia en la Quinta de Bolívar | El Nuevo Siglo
Fue declarado Monumento Nacional en 1975 y Bien de Interés Cultural (BIC).
Fotos: Twitter Casa Museo Simón Bolívar
Sábado, 27 de Agosto de 2022
Redacción Cultura

Los muros de la Quinta de Bolívar guardan su propia historia. Sus paredes recogen la vida íntima del Libertador, aquella que compartió con Manuelita Sáenz y que aún permanece en la memoria colectiva ciudadana. En esa casa siguen presentes algunos elementos utilizados por Simón Bolívar cuando vivió en Bogotá, antigüedades que con el paso de los años se han ido restaurando con toda la delicadeza requerida para conservar su esencia y perpetuar el recuerdo del Libertador.

Fue declarado Monumento Nacional en 1975 y Bien de Interés Cultural (BIC) y allí conviven árboles patrimoniales, la huerta urbana más importante de la capital colombiana y 36 especies de aves, así como variedad de insectos.

Hoy en día este simbólico lugar es uno de los más emblemáticos de la historia nacional, el cual conmemora 100 años de haberse convertido en la Casa Museo Quinta de Bolívar, razón por la que recientemente se inauguró la exposición “Dos siglos y un centenario: de casa quinta a museo”.

Según le explicó la directora de la Casa Museo Quinta de Bolívar, Elvira Pinzón Méndez, a EL NUEVO SIGLO, esta exposición contempla más de 100 piezas que no solo permiten mostrar “los retratos de Bolívar, sino vivenciar y trasladarse a esas prácticas culturales del siglo XIX. Nos permite interactuar con ese patrimonio natural tan valioso que rodea a la quinta y también articular esas voces que han permitido interpretar y reinterpretar el legado y la vida del Libertador. Es es un museo de todos los colombianos y que se ha mantenido en el tiempo”.

En este sentido, la exhibición da cuenta de los diferentes usos por los que ha pasado la Quinta de Bolívar, desde crear una colección de objetos relacionados con el Libertador para preservar tanto sus legados políticos como forjar el sentimiento patriótico en el país, hasta cuando se restauró en la década de 1990,  para recuperar su aspecto original.

Esta muestra se une a Más allá de lo visible: la pintura de Bolívar Libertador revela sus secretos”, otra exhibición histórica que se realizó con el Laboratorio de Estudios de Artes y Patrimonio de la Facultad de Artes y Humanidades de la Universidad de Los Andes. Un espécimen transmedia que desglosa la historia del cuadro “Bolívar” pintado por Pedro José Figueroa.

Celebración doble

En este año, la Quinta de Bolívar celebra por partida doble: sus cien años de creación como museo y la declaratoria por parte del Consejo Nacional de Patrimonio Cultural como el primer Jardín Histórico en el país, en la categoría de paisaje cultural.

Gracias al trabajo articulado por la dirección de Patrimonio y Memoria del Ministerio de Cultura, el Jardín Botánico de Bogotá y el equipo de la Casa Museo Quinta de Bolívar, y en especial gracias a la labor permanente, cuidadosa y dedicada, durante 40 años, de Hugo Pedraza, jardinero del museo, se han desarrollado experiencias así como actividades culturales y educativas para la apropiación del patrimonio natural, que convierten al museo en un punto obligado de visita para quienes aman la naturaleza y también la historia.



Con el Jardín Histórico de la Quinta de Bolívar como proyecto piloto, el Ministerio de Cultura y el Jardín Botánico de Bogotá, suscribieron un convenio de cooperación para proteger los árboles declarados como patrimoniales y de interés público, enriquecer los estratos vegetales relacionados con el bosque nativo y propiciar condiciones naturales adecuadas para el desarrollo de la flora y fauna asociada, entre otros.

En palabras de Elvira Pinzón Méndez, esta declaratoria es “el reconocimiento a ese valioso patrimonio natural que tenemos en la quinta. Ese concepto de patrimonio integral que se reúne en este espacio es muy importante para la valoración del componente histórico que tiene la casa, su entorno natural y su biodiversidad. Para el público que nos visita, así como lo era para el Libertador, este es un lugar de disfrute, bienestar y tranquilidad”.

Firma histórica

Este centenario se dio a partir de la firma de una escritura pública el 21 de marzo de 1919, fecha en la que se acordó la adquisición del inmueble por un precio total de $24.000, monto que se iba a pagar en dos partes, una de contado y otra en cuotas, que realizarían durante seis meses.

La construcción de un gabinete de curiosidades relacionadas con el Libertador fue uno de los objetivos iniciales del Museo Bolivariano durante gran parte del siglo XIX. Un año después, muchas piezas provenientes del Museo Nacional de Colombia y el Palacio de San Carlos pasaron a ser parte de la colección, entre las que se destacan numerosas pertenencias del Libertador Simón Bolívar.

Hay un objeto de la colección de la Casa Museo Quinta de Bolívar que provoca un sinnúmero de inquietudes e interrogantes de todos y cada uno de los visitantes: La espada del Libertador sustraída del museo en 1974 por el movimiento M-19 y devuelta en 1991. Tiene una potencia simbólica que se renueva siempre, que funda perspectivas históricas, que representa ideales y variadas formas de acercarse a lo patrimonial. El verdadero valor de la espada de Bolívar radica actualmente en su aura simbólica, más que en la certeza de su posesión. Un objeto que más allá de las gestas libertarias y emancipadoras hace visible el ideal de integración y de sueños de unidad de libertad.

Durante la primera mitad del siglo XIX, la Quinta estuvo dedicada a la realización de eventos sociales y diplomáticos. Fue uno de los lugares en los que se llevó a cabo la conmemoración por el primer centenario de la muerte Bolívar, el 17 de diciembre de 1930.

Terminando el siglo XX, se buscó que la casa de campo que había habitado el Libertador durante sus estancias en Bogotá recuperara el ambiente de los primeros años del siglo XIX, particularmente aquellos en los que la habitó.

La restauración se realizó desde el año 1992 hasta el año 1999. En esta, varios espacios como el salón de la estufa, la alcoba del Libertador, el área de servicios y los jardines fueron devueltos a su apariencia original para que permitieran un diálogo con los visitantes.

En el lugar reposan elementos originales de la época, también cuadros y retratos de Bolívar. Dos pintores influenciaron la mayor parte de estas pinturas del rostro del Libertador Bolívar en los primeros años del siglo XIX: Pedro José Figueroa y José María Espinosa. Estos artistas vivieron en la misma época que Bolívar, pero cada uno lo representó de formas completamente opuestas.