ESTE VIERNES el presidente electo de los Estados Unidos (EU), el demócrata Joe Biden cumplió 78 años. Esa edad es digna de celebrar considerando que en el mundo el promedio de expectativa de vida en hombres es de 70 y en el país del político de 79.
Biden, quien se prevé asuma la presidencia el próximo 20 de enero, se convertirá en el inquilino de la Casa Blanca más longevo que tenga sus llaves y muchos consideran que su fórmula vicepresidencial Kamala Harris deberá estar lista en todo momento para asumir las riendas del país por si Biden llegara a faltar antes de terminar su periodo o si no puede terminarlo en caso de enfermedad incapacitante.
Asimismo, se da por descontado que no aspiraría a un segundo periodo y Harris podría ser la candidata demócrata en 2024.
Así las cosas, analistas, copartidarios y sus electores no sólo elevan votos para que consiga estructurar un buen equipo de gobierno que desarrolle las políticas prometidas, sino que adicionalmente goce de buena salud, pues sus posibles achaques podrían complicar la gestión, de por sí difícil, que encarará contra la pandemia y que buscará reactivar la economía, muy golpeada por la crisis sanitaria.
Biden le quitará el récord de ser el mandatario con mayor edad de EU al expresidente republicano Ronald Reagan, quien estaba a tres semanas de cumplir los 78 cuando dejó la Oficina Oval por última vez después de su segundo periodo en 1989. El segundo presidente de mayor edad, Donald Trump, tendrá 74 años y medio el 20 de enero y a partir de ahí, el promedio de edades de los presidentes de la súper potencia cae y son seguidos Dwight Eisenhower y Andrew Jackson, quienes abandonaron la Casa Blanca a los70 años y por Harry Truman y George W. Bush que culminaros sus pedidos con un año menos que los presidentes mencionados.
Considerando que Biden podría ser presidente hasta los 82 años, el tema de su edad y estado de salud ha atraído el interés de muchos sectores y se ha pedido a la futura administración que informe a la ciudadanía de manera pronta y veraz del estado del mandatario a lo largo de su mandato.
Como se recordará y ante las preocupaciones que genera el tema, en el año 2019 la campaña demócrata publicó un informe del estado de salud de su candidato en el que se incluían condiciones y patologías, principalmente cardiacas y vasculares, que, aunque no eran graves, podrían eventualmente impedir el pleno desarrollo de sus funciones o agravarse en cualquier momento. Pese a lo anterior el informe en ese momento concluyó que Biden "es un hombre sano, vigoroso… que está en condiciones de desempeñar con éxito las funciones de la Presidencia".
Por otra parte, hay quienes dudan que el presidente electo mantenga la lucidez de antaño y afirman que, en algunos debates contra su rival, el presidente republicano Donald Trump, se le vio errático y vacilante, al punto que el mismo presidente Trump lo retó a someterse a una prueba cognitiva, propuesta que enfureció al demócrata y sus seguidores. Sin embargo, en caso de ser cierto que ha perdido capacidades no debería ser motivo de escándalo considerando su edad.
El estilo
Ahora bien, otro tema que genera controversia entre los ciudadanos es el estilo calmado del mandatario, que, aunque podría bajar la temperatura a algunas relaciones, también podría apocar la figura presidencial y no lograr la suficiente firmeza en el manejo de situaciones complejas al interior del país y en las relaciones con sus adversarios internacionales.
Varios analistas recuerdan cuando, en una entrevista durante la campaña el entonces candidato Biden, hizo una pausa intentando comprometerse y a renglón seguido preguntó: "¿Cómo puedo decir esto con tacto?".
Esta consideración al “tacto” es un elemento nuevo en la política estadounidense reciente y los ciudadanos deberán acostumbrase a ese estilo después de un presidente como Trump que hablaba claro y de frente y esta consideración no pareció estar mucho entre sus prioridades comunicativas.
Habrá muchas más cosas a las que tendrán que acostumbrarse los estadounidenses con un nuevo presidente electo, que incluyen, tonos, tics verbales y un gran número de peculiaridades que hacen parte de la forma en la que Biden elige comunicarse.
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Volviendo a Ronald Reagan, vale recordar que proyectó la confianza de un actor experimentado. George Bush padre tenía una tendencia a leer sus puntos de conversación de manera un tanto telegráfica, mientras que Bill Clinton divagaba, a veces de manera elocuente y otras no tanto. George W. Bush prefirió la jerga de los vaqueros tejanos como "vivo o muerto" y Barack Obama habló en párrafos perfectos, pero podría sonar como un profesor de derecho algo monótono.
Sin duda Donald Trump marcó el comienzo de una era comunicativa en la hizo uso de superlativos y enfrentamientos para acercase a los ciudadanos.
El estilo de Biden es informal y como él mismo lo ha descrito “conciliador”, pero también puede ser poco concreto al estilo del Senado razón por la cual es bastante común que se tropiece con sus propias palabras y tenga ya famosas “metidas de pata”.
Aunque su estilo puede gustar a amplios sectores de la galería, muchos analistas se preguntan cómo podrá imponerse sobre un Senado que muy seguramente le será adverso y si logrará con si estalo pausado y poco enfático lograr sacar adelante las controvertidas medidas que propuso como el aumento de los impuestos, la reconvención energética la subida del salario mínimo y la ampliación del Obamacare.
Aunque muchos piensan que lo que está haciendo el mandatario electo es tratar de bajar la temperatura a las acusaciones de fraude hechas por el presidente Trump, a otros les preocupa que su actitud de silencio y alejada de los medios de comunicación sea el estilo de su administración lo que podría generar problemas de gobernabilidad importantes.
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Como se recordará Trump acusó a Biden durante la campaña de no salir de su sótano y hay quienes creen que esta crítica podría convertirse en el estilo de gobierno y dudan que sea el indicado para el país considerando los difíciles retos que tendrá que afrontar. Como es sabido mientras que Trump realizaba varias manifestaciones al día, el bando de Biden se contentó con dejar que el presidente dominara las noticias y convirtiendo la elección en un plebiscito de aceptación al mandatario.
Esta postura ha sido incluso criticada por los mismos miembros del partido demócrata quienes atacaron abiertamente ese enfoque, creyendo que Biden tiene que ser más activo y combativo si quiere hacer frente a los múltiples ataques que se le vienen.
Biden, que ha hablado constantemente de unidad, está señalando un acercamiento más tranquilo y menos frenético a la Oficina Oval. Pronto quedará claro si eso es suficiente para combatir el hiperpartidismo de Washington en medio de una pandemia.
Entre tanto muchos seguirán atentos a la evolución física y cognitiva el presidente de mayor edad de la historia, tema que será una fuente frecuente de especulación por lo que deberá ser transparente.