Los último 364 días pusieron a prueba al mundo, y en estos momentos ya es claro que pasarán varios años antes de que la forma de vida que compartía la humanidad previa la pandemia, vuelva a manifestarse tal como muchos esperan.
Por ejemplo, en octubre de este 2020 el director del Centro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Universidad de los Andes, Felipe Castro, le dijo a EL NUEVO SIGLO que pasará por lo menos una década para volver a cerrar los niveles de desigualdad que tenía Colombia antes del covid-19. Y esa es apenas la punta del iceberg.
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Bogotá tiene un desempleo 5 puntos por encima del indicador nacional con una tasa del 24,1% de desocupados. Por otro lado el 32% del comercio formal cerró de manera definitiva y los bares y restaurantes tienen un estimado de pérdidas por los $4,6 billones a nivel nacional.
Así, garantizar la reactivación económica con el covid-19 circulando por la calle y realizar una vacunación efectiva y ordenada que priorice a los más necesitados, es lo que deberá hacer la Administración Distrital. Al respecto, estos son los cuatro grandes retos de Bogotá en este nuevo año.
1. Garantizar una vacunación plena
El pasado 12 de noviembre, el secretario de salud, Alejandro Gómez, dijo que Bogotá estaba lista para recibir lo que le correspondía con relación a las vacunas para prevenir el covid-19, y precisó que a la capital le deberán corresponder, “cuando menos, 2.3 a 2.5 millones por la proporción de la población que somos. De la mano del Concejo de Bogotá, la capital recibió la capacidad de endeudamiento y de esa plata hay alrededor de $2.000.000 millones que se han reservado para tema de inmunización de covid-19. Y eso no es solo la compra de vacunas sino la logística que ello implica”.
Aún así, para Bogotá no solo será un verdadero reto que la vacunación se efectúe en orden, sino que además se priorice a las poblaciones más vulnerables. El pasado 30 de diciembre el secretario volvió a decir que la vacunación arrancaría en febrero, pero que aún hay detalles técnicos por definir con el Ministerio de Salud, sobre las llegada de las vacunas y su efectiva aplicación que, al parecer requerirá de dos dosis.
Gómez reiteró que Bogotá ya está lista para iniciar la vacunación masiva y que se han sostenido reuniones con directivos de las EPS y hospitales para coordinar su distribución, pero los procedimientos, costos y poblaciones priorizadas son temas clave que aún no están claros y de ellos dependerá que la capital triunfe en la vacunación de su población.
“Bogotá tiene una Red de vacunación supremamente extensa; la hemos venido revisando de la mano de todas las clínicas y hospitales de las Subredes públicas, pero también de la mano de los hospitales privados”, indicó el pasado 30 de diciembre el secretario.
2. Ejecutar bien y rápido el Plan Marshall y el cupo de endeudamiento
Dada la situación, es un hecho claro que el gran reto de Bogotá el año entrante será el de la reactivación económica, y para la capital será un desafío cumplir con todas las promesas contempladas en el Plan Marshall, y comenzar a invertir en puntos muy específicos de la economía el monumental cupo de endeudamiento que le aprobó este año el Concejo a la Administración por $10,79 billones.
Este será un reto clave considerando que buena parte del Concejo de Bogotá no estuvo de acuerdo ni con el monto del cupo de endeudamiento, ni con las medidas contempladas en el Plan Marshall, y la ejecución de ambas herramientas tendrá un control riguroso.
3. Materializar un Plan de Ordenamiento Territorial ajustado a la realidad urbana
En Bogotá en estos momentos se está aplicando el POT del 2004 que no corresponde, ni mucho menos dialoga, con una ciudad que, 16 años más tarde, ha cambiado por completo de concepción. Considerado por muchos como una de las necesidades más apremiantes de la ciudad capital, el año entrante deberá presentarse y aprobarse este croquis del ordenamiento de la ciudad.
“El Plan de Ordenamiento Territorial tiene una base en promedio del 80% y lo esencial ya está construido. Su nivel de avance es superior si yo lo comparo con el POT del Gobierno de Enrique Peñalosa y de Gustavo Petro en el primer año: nosotros lo superamos con creces. En los dos anteriores gobiernos el Plan de Ordenamiento se comenzó a discutir y a construir en el segundo y tercer año: nosotros lo dejamos prácticamente listo en el primer año, al tiempo que trabajamos en el Plan de Desarrollo y en medio de la pandemia”, le dijo a EL NUEVO SIGLO la secretaria de Planeación, Adriana Córdoba, quien dejará el cargo el próximo 11 de enero.
En la tercera semana de enero del 2021 se llevarán a concertación con la CAR la actualización de los estudios de riesgo, ambiental y de ruralidad. Estará un promedio de dos meses en dicha entidad y en abril debería estar llegando al Consejo Territorial de Planeación para su revisión y análisis.
“Se va a llevar al Concejo de Bogotá en julio y este es un tiempo récord comparado con los anteriores que ha vivido la ciudad”, puntualizó la secretaria Córdoba.
4. Garantizar que la educación abra y se mantenga abierta
De todas las lecciones que le dio el covid-19 al mundo en este 2020, tal vez la más clara de todas es que cualquier cosa puede disparar los contagios, y precisamente por eso la posibilidad de que haya un nuevo pico epidemiológico siempre estará latente. Bueno, al menos hasta que se alcance el 100% de inmunidad. No obstante, para que la ciudad pase la página y comience de verdad a vivir una nueva normalidad, los colegios tendrán el enorme reto no solo de abrir, sino de permanecer abiertos.
“Los colegios no hicieron uso de su cupo epidemiológico porque de alguna manera entendieron que debían operar con costo cero, lo que es virtualmente imposible, aún cuando en el modelo se le había calculado un costo a la operación de los colegios que no era muy alto, basado en que los niños casi no desarrollan síntomas. Este es el reto: que los colegios funcionen y asuman el costo de su funcionamiento sin cerrar”, explicó a EL NUEVO SIGLO el director del Departamento de Ingeniería Biomédica de la Universidad de los Andes, Juan Manuel Cordovez.
Adicionalmente, de acuerdo con el epidemiólogo en Bogotá hay dos cosas que ya son absolutamente claras: la primera de ellas, que los niños no son tan transmisores y más aún si se aplican todas las medidas de bioseguridad, y la segunda que las medidas de aislamiento les han hecho bastante daño a los niños, muchos de los cuales perdieron un año de desarrollo que jamás podrán recuperar.
“Los colegios hay que abrirlos y se deberán mantener abiertos. El virus no se va a ir; aún cuando comience la vacunación ahí seguirá. En estos momentos, en la alternancia se le ha prohibido la entrada al colegio a toda persona sospechosa, que estuviera cercana a un caso probable o positivo. Eso tiene que relajarse. Los colegios tienen una especie de modelo DAR súper exigente y por eso no han podido operar. Ese es el reto”, finalizó Cordovez.