La llamada "Guerra fría" ni se calienta ni se congela. Los presidentes de Estados Unidos y Rusia, Joe Biden y Vladimir Putin, se reunieron en Ginebra, Suiza y pasaron revista a los principales asuntos que mutuamente les preocupan, pero se levantaron tan distantes como cuando se sentaron cuatro horas antes. Eso sí, sonrieron permanentemente y se mostraron muy amables uno con el otro. Pero, al parecer, ninguno dio su brazo a torcer.
De todas formas, los observadores y asesores cercanos estuvieron de acuerdo que los dos líderes "trabajaron constructivamente en favor de la paz y un mejor entendimiento". Sin embargo, Biden fue enfático en advertir a Putin que "no toleraría más intentos de desestabilizar nuestras elecciones democráticas" y "si es el caso, responderemos adecuadamente". Al parecer, Putin ni se dio por aludido y mantuvo su enigmática sonrisa durante todo el encuentro.
El mandatario americano, aunque un poco frustrado, recalcó la importancia de este tipo de eventos y manifestó que espera que otros similares se puedan efectuar en un futuro cercano. Confesó que para la convivencia planetaria es muy importante que ambas superpotencias puedan dirimir sus diferencias mediante un diálogo "franco y directo". Señaló que en esta manera se acercan las posturas y se evitan tergiversaciones sobre lo que se quiere conciliar".
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Por estas calendas se celebró un aniversario más del golpe militar que el general Gustavo Rojas Pinilla dio el 13 de junio de 1953 al presidente Laureano Gómez, quien había retomado el poder para hacerle frente a una conspiración tras bambalinas orquestada por doña Bertha Hernández de Ospina. La célebre Doña Bertha se ufanaba en "llevar los pantalones" en la Casa de Nariño. Enrique Gómez Hurtado dejó para la posteridad testimonio de esta infamia en un extraordinario artículo titulado "Un balcón sobre el abismo".
Fue un vergonzoso episodio de traición partidista que trajo enormes y nefastas consecuencias para el país y para el conservatismo. Desde entonces el partido se dividió en forma irreconciliable entre los seguidores de Laureano y los de Ospina. Esto contribuyó a que las huestes azules nunca recuperaran su protagonismo de antaño e, incluso, cuando posteriormente se creó el Frente Nacional, fue un simple apéndice del liberalismo. Luego vendría el anapismo con María Eugenia y el país conoció a ese abismo.
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En su última película, "El Padre", el extraordinario actor británico Anthony Hopkins, nos demuestra porque para muchos críticos es considerado como el mejor del mundo. Durante noventa minutos nos atrapa en sus sentimientos y contradicciones y en compañía de otra maravillosa actriz, Olivia Colman, avala el veredicto de la Academia que este año dio a ambos su segunda estatuilla.
Es la espléndida recreación de la vida íntima de un hombre atormentado, entrando a la senilidad de sus ochenta años, que se niega a dejar de recordar y a demostrarle a propios y extraños que él sabe cuidarse solo. Cuántas veces hemos vivido y hemos sido testigos de algún ser querido o algún amigo entrañable que lucha contra el paso inexorable de los años. Es una oda cinematográfica a la existencia.
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Gran debut el de nuestra amada selección Colombia en la Copa América. Jugando bien, coordinadamente, pero, sobre todo, contundentemente. Cuando fallaba la técnica nos sobraba la garra y el amor por la camiseta. Podemos estar confiados en que con este onceno nos esperan más tardes gloriosas.
Adenda Uno
La Asamblea General de la ONU, con sede en New York, reeligió por unanimidad, al portugués Antonio Guterres, como su Secretario General por otros cuatro años. Es notable ya que su país de origen no tiene un peso grande en el organismo. Aunque es de actuar discreto han sido varias las crisis que ha sabido sortear y con los latinoamericanos ha tenido buen entendimiento.
Adenda Dos
Colombia es un país que no se distingue mucho por su productividad y la pandemia este último año le ha pegado sin misericordia. Por eso no entendemos por qué algunos políticos y el gobierno mismo quieren rebajar la jornada laboral a las cuarenta y dos horas. Craso error que se nos cobrará en el futuro.