No dejó de llamar la atención la pinta con que nueve de los precandidatos a la Presidencia de la República, incluyendo una dama, se presentaron en la Universidad de los Andes, para exponer y defender sus programas ante centenares de alumnos. Eso es lo que se llama tener buena vibra, en el argot generacional. Todos lucieron pantalones y chaquetas deportivas y, según se supo después, el encuentro fue tan informal como cordial. Fue un muy buen punto en materia de ganarse la confianza juvenil.

Muy lejanos parecen los tiempos de las campañas de los Lleras, los Gómez y Ospina Pérez. En esas épocas la informalidad no era de buen recibo y entre más solemnes fueran las presentaciones mucho más gustaban a los acartonados auditorios de entonces. Un episodio que pone de presente cuán importante es ese fragmento en la definición de los resultados electorales.

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La inseguridad sigue rampante a todo lo largo de los dos mil quinientos kilómetros de frontera colombo-venezolana. El principal l problema radica en el descarado apoyo que la dictadura chavista brinda a las disidencias de las Farc, al ELN, al Clan del Golfo y a los paramilitares de todos los pelambres. Estas arremetidas se dan como respuesta a las estrategias militares colombianas contra todos esos delincuentes. La topografía del terreno y la espesura selvática, son dos factores cómplices  que agravan la situación.

Extensas regiones se están convirtiendo en tierra de nadie. Situación que es aprovechada por los contrabandistas de lado y lado para hacer su agosto. Una realidad que está llevando a nuestras autoridades a confesarse incapaces de poder meter en cintura a tantos malhechores. Los gremios agropecuarios nacionales han dado la voz de alarma para evitar que esta grave situación se torne inmanejable.

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También los altos índices de accidentalidad están dejando una alta cuota de muertos y heridos a lo alto y ancho de muchas vías colombianas. El exceso de velocidad y el abuso del licor son las dos principales causas de esa siniestralidad.  Bogotá, Cali y Medellín son las ciudades que más contribuyen con víctimas fatales. Año tras año las cifras han ido en aumento no solo por el crecimiento automotor, sino por la irresponsabilidad de conductores que han sido licenciados sin el mínimo de requisitos

A la indisciplina constante de los dueños del volante y la ignorancia de las señales de tránsito se les achacan por lo menos el treinta por ciento de las tragedias que ocurren. A nivel latinoamericano Colombia se encuentra muy mal clasificado.

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El dictador nicaragüense Daniel Ortega se ha empeñado en que Colombia sea el chivo expiatorio de todos sus desaguisados. Pero, además, necesitado como está de buscar razones para atornillarse en la silla presidencial que ha usurpado, ha vuelto una vez más sobre sus absurdas reclamaciones de mar territorial que cobijan hasta las costas de San Andrés y Providencia.

Nuestros títulos históricos y jurídicos son incuestionables, pero no hay que bajar la guardia frente a semejantes. Tenemos en nuestro excanciller Julio Londoño un gran defensor de nuestros derechos e intereses, pero cuánta falta nos hace ese gran internacionalista que era Enrique Gaviria Liévano.

Adenda

No queremos imaginarnos lo felices que estarán todos los pícaros que buscan medrar a costillas del Estado, con el contratiempo sufrido por la Ley de Garantías Electorales. Los festines que se avecinan son dignos de mejor causa.