Los colombianos estamos padeciendo la ola de alzas más crítica de todo lo que va corrido del presente siglo y, como siempre, los hogares más pobres son los más golpeados. La inflación es galopante y ya supera la cota del diez por ciento, que la hace una de las más altas en muchas décadas. En América Latina y, particularmente en la región, también está disparada y es muy probable que termine erosionando el crecimiento armónico al que estábamos acostumbrados.
Si el gobierno colombiano no logra modificar esta tendencia, sus proyectos se verán seriamente comprometidos. Si finalmente terminan perjudicando los productos de la canasta familiar podrá darse paso al descontento social. El presidente Petro y su ministro de Hacienda tendrán que emplearse a fondo para evitar que el IPC se vaya hasta las nubes. La tarea no es nada fácil y no permite dilaciones.
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Pero sigamos con Petro. Está empeñado, y con toda razón, en buscar lo que él mismo ha llamado "la paz total e integral". Sabe que la historia está de su lado y también sabe que el Eln no puede darse el lujo de perder esta oportunidad de oro. Por eso ya han comenzado desde La Habana y en Colombia los movimientos de acercamiento que terminen permitiendo las necesarias negociaciones. El asunto cuenta con la simpatía mayoritaria de la opinión pública.
Petro está listo para firmar el acuerdo. Lo que pasa es que esa paz integral puede seguir siendo esquiva porque son muchos los actores que necesitan ser alineados. El narcotráfico, como siempre, es el gran factor perturbador y los crímenes cometidos por los del Clan del Golfo son también un gran obstáculo. Para decirlo sin rodeos: el acuerdo político puede cobijar las negociaciones con el Eln, pero los del Clan son delincuentes comunes. Con ellos sólo queda el sometimiento.
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La despenalización de la posesión, uso y consumo de la marihuana comenzó a vislumbrarse en los Estados Unidos. El presidente Joe Biden ha dado los primeros pasos para que la tenencia de la droga deje de ser un delito federal y también para que se inicie la desclasificación de los presuntos culpables como potenciales terroristas.
Biden se ha distinguido por hacer más viable la llamada "sustitución de cultivos". Desde luego será una larga carrera para convencer a cada Estado, porque la legislación es diversa. Como una persona que ha sufrido en su entorno familiar este flagelo porque su hijo fue drogadicto, está sinceramente empeñado en buscar soluciones al peor problema de su país.
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Ante los rotundos fracasos de la izquierda en varios países latinoamericanos, el populismo de extrema derecha parece ser el camino. Ahora es Jair Bolsonaro, un fascista de tiempo completo, el que acapara la atención electoral en Brasil. Lula da Silva no ha podido superarlo con la suficiente amplitud para declararse vencedor. Las próximas horas son de gran incertidumbre.
Adenda Uno. No van a ser fáciles los ajustes a la cacareada Reforma Tributaria. Petro quiere cincuenta billones y la Reforma sólo le podrá dar veinte.
Adenda Dos. No nos cansaremos de elogiar la producción de Caracol "La Voz Senior". Su factura es de calidad internacional y es un producto de calidad mundial para exportación.