El presidente ruso Vladimir Putin está jugando con fuego y está elevando las apuestas en favor de la guerra.  De manera irresponsable, amenaza con su arsenal nuclear a Ucrania y a los países de la OTAN. Con un terrorífico inventario de 1.625 ojivas listas para ser lanzadas y 2.870 debidamente almacenadas, el impredecible hombre del Kremlin trata de amedrentar al mundo, en el caso de que su país sea invadido.

Putin, desde muy joven, siempre ha sido un funcionario muy disciplinado del partido comunista y ha ascendido todos los peldaños de la Nomenklatura. Se ha distinguido siempre por su fino olfato político y el aprovechamiento de todas las situaciones. En los últimos veinte años se ha colocado en el centro de los acontecimientos. Otra característica suya es saberse jugar entero en situaciones difíciles.

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No nos cansaremos de repetirlo: la decadencia de los partidos políticos colombianos es de tales proporciones que en las pasadas elecciones quedamos en manos de dos personajes Gustavo Petro y Rodolfo Hernández. Ambos inteligentes y preparados, pero muy prejuiciados. Muy lejanos de personajes como Laureano Gómez, Mariano Ospina y Alfonso López Pumarejo…O de sus hijos.

El petrismo, ahora dueño de la Presidencia y de las mayorías parlamentarias en ambas cámaras tiene, como se dice, "el sartén por el mango". Sin embargo, sus integrantes son antiestablecimiento. Su estilo despectivo es una mala señal.

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Una mayoría significativa de la población colombiana: el cincuenta y ocho por ciento es partidaria de establecer en nuestro país el voto obligatorio. Muchos politólogos consideran que esa obligatoriedad electoral va en contravía de la verdadera democracia, en donde debe prevalecer la libertad del sufragio. En la Comisión Primera del Senado ya surtió primer debate. Faltan otros siete, porque se trata de una reforma constitucional.

Esa obligatoriedad puede ser muy perjudicial en Colombia por las altas tasas de analfabetismo y la poca ilustración que se tiene de los deberes cívicos. En el Senado cursa, igualmente, un proyecto de ley que pretende que el divorcio sea libre y que con la sola voluntad de uno de los cónyuges se pueda establecer. Hoy esa decisión es consensual.

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El sinvergüenza de Donald Trump esta vez parece estar acorralado por el Fiscal de Nueva York que lo acusa con tres de sus hijos de prácticas fraudulentas en la tributación de sus empresas.

Su evasión de impuestos podría ser gigantesca y podría terminar entre rejas. Lo triste de todo es que Trump se está aprovechando de esta enorme publicidad para hacer campaña por la presidencia.

Adenda Uno. Petro quedó como un zapato por su desplante ante el presidente estadounidense Joe Biden y desperdició una magnífica oportunidad de acercamiento con Washington.

Adenda Dos. La violencia en el fútbol sigue azotando nuestros estadios, está vez el Pascual Guerrero. Y, como siempre, siguen las amenazas de castigo…Sólo amenazas.