Lo más importante para un buen comienzo de gobierno es evitar sobresaltos a la economía y, por eso, es un gran acierto del presidente electo Gustavo Petro el hacerse acompañar, en el ministerio de Hacienda, por un economista de los quilates de José Antonio Ocampo. Inteligente, preparado y experimentado, Ocampo cuenta con el respaldo de todo el país económico y sabe con certeza qué reformas hacer y cómo mantener activo el aparato productivo. Declaró que sólo estará año y medio en el cargo. Es suficiente para el arranque.

Por eso el país puede estar tranquilo y Petro mantenerse también tranquilo. El nuevo minhacienda tiene el reto de estabilizar los mercados, hacer los arreglos y ajustes fiscales necesarios, bajar a niveles razonables el endeudamiento, que está por las nubes, y recortar el gasto público. Ante los justificados recelos que ha despertado la elección petrista, hay que hacer un compás de espera y no "sembrar vientos para luego no tener que cosechar tempestades".

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Por escandaloso e incompetente tuvo que renunciar a su puesto como primer ministro del gobierno de la Gran Bretaña, el conservador Boris Johnson. Avergonzado con su desquiciado proceder el conservatismo le retiró el apoyo parlamentario. Sin embargo, pasarán varios meses antes de que se haga efectivo su retiro, mientras el partido pueda elegir un nuevo líder tory. Es probable que lo reemplace una mujer, de las cuatro que están aspirando.

Sus propios compañeros de gabinete lo han venido abandonando. En los últimos tres meses ya se han retirado cerca de sesenta, entre titulares y secretarios de Estado. Lo más delicado viene ahora con la reorganización gubernamental, porque hay un caos latente en muchos sectores y niveles. Un comentarista de "Times" escribió recientemente que Johnson será recordado como el peor premier desde la segunda guerra mundial.

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Muy grave y delicado se presenta el panorama carcelario colombiano. En los últimos treinta años sólo se han podido construir veintisiete cárceles nuevas, para veintiocho mil reclusos. El hacinamiento es inhumano. La situación obedece a que el recurso más fácil de nuestra justicia es enviar a prisión sin calificar debidamente el grado de los delitos cometidos.

El gobierno está buscando cómo privatizar el sistema carcelario, pero el sector privado ha estado reacio a presentar propuestas. Ahora busca recurrir a los cupos de endeudamiento, así como programar una importante reducción en las órdenes de prisión. Pero para ello deberá contar con el apoyo de jueces y comisarios de policía. Y mientras los crímenes están desatados.

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Desde tiempos inmemoriales se ha criticado la participación de los funcionarios públicos en política. Por eso antes de la creación del Frente Nacional se hablaba de hegemonías liberal o conservadora. Pero nadie ha hecho nada sustantivo al respecto y siguen los abusos. Después de centenares de "investigaciones" nadie ha sido procesado y menos encarcelado. Lo mismo acontece con la regulación de la publicación de sondeos y encuestas antes de las elecciones.

Adenda Uno. Los bogotanos ya hemos sido advertidos que sólo hasta el 2032 tendremos la segunda línea del Metro. Eso sin contar con que algún alcalde progresista le dé por cambiar de planes.

Adenda dos.  Gustavo Petro consolidó sus mayorías parlamentarias en ambas Cámaras. Los partidos tradicionales y los movimientos de todos los pelambres se han trepado al carro de la victoria.