FUAD GONZALO CHACÓN | El Nuevo Siglo
Viernes, 23 de Marzo de 2012

Alquimista de oro negro

Su  arte es centenario y bien conocido por todos a lo largo y ancho del feudo. Los años le han dotado de una pericia y destreza singulares que hoy le permiten codearse con los mejores del mundo en su oficio. Aunque es un alquimista bastante particular, pues dedica las horas de su taller a drenar la sangre de la tierra y convertirla en oro, pero no el que brilla y todas quieren en sus gargantillas, sino el otro, el que produce guerras e invasiones, el que ha justificado la barbarie de reyes del norte y las grotescas exuberancias de los jeques del Oriente: el oro negro. Su verdadera identidad es un intrincado misterio, pues es uno y muchos al tiempo, pero todos le conocen con su alias más popular: Ecopetrol.

Ecopetrol es uno de esos viejos zorros que conoce al dedillo su negocio y sabe que será rentable pase lo que pase, pues el oro negro es vital para la movilidad de todo el reino, sin él las carrozas a motor que todos tienen no podrían andar por las adoquinadas calles reales y obligaría a más de uno a volver a los lentos y briosos caballos. Además de todo, y como si fuera poco, tiene el monopolio de su producción, pues sólo él posee en el feudo los permisos y la receta mágica que transforma los restos subterráneos de plantas y dinosaurios en el preciado líquido. Por ello, no le duele aumentar los tributos de su producto disimulada e imperceptiblemente, cual aluvión, de moneda en moneda, hasta que a final de cuentas el precio es tan alto como el Olimpo.

Pero la situación ha comenzado a volverse distinta. El viento ha traído consigo fuertes rumores de insatisfacción por parte de los más corrientes habitantes de la comarca, pues los precios que Ecopetrol impone al oro negro son descaradamente superiores a los de otros alquimistas reconocidos de la región. Especialmente Pdvsa, su archirrival y constante punto de referencia, ha servido para calcular la injusticia de su ambición, pues en su feudo es casi posible aseverar que el oro negro es tan barato como la mismísima agua del grifo.

Múltiples son las voces de protesta que se han alzado contra la infamia de Ecopetrol y hasta cercanos cortesanos del rey han empezado a apoyar el sentimiento popular que corre por las calles y que se percibe cerca de los talleres del avaro alquimista. Los más cínicos creen que reduciendo los precios unas cuantas monedas la cosa pasará, pero cuán equivocados se encuentran, cómo se nota que no se han molestado por salir de sus castillos un par de minutos y mezclarse entre la indignada multitud para sentir lo que ellos sienten, para vivir como ellos viven, haciendo maromas económicas en pos de lograr hacerse con algunos litros del líquido. Es la muchedumbre la que siente en sus talegos de dinero el impacto frente a cada alza del oro negro, no como ese tal Corzo y la demás nobleza burócrata que hasta regalado lo quiere.

fuad.chacon@hotmail.com