El azar quiso que estuviera muy cerca de quienes dirigieron la respuesta a la pandemia en Bogotá, en el año 2020. A los siete meses de crisis yo ya había colapsado y ellos, en cambio, se preparaban para lo peor y reafirmaban su compromiso de continuar hasta el final. Así lo hicieron. Hoy que este equipo de gente excepcional, la alcaldesa Claudia López, su gabinete y sus equipos directivos empiezan a despedirse de la administración distrital; y después de haber escrito dos libros sobre la pandemia, quiero hacer de esta columna un manifiesto de gratitud. Muy especialmente al sector Salud y a todas las personas, en todos los roles, que ayudaron a sortear la crisis más grave en la historia de Bogotá, gracias.

Gracias es una palabra corta y a la vez infinita, no se agota nunca. Hoy, de nuevo, decimos gracias a quienes cuidaron la vida en los momentos más difíciles. No los olvidamos. No los vamos a olvidar nunca.

En las UCI se libraron las batallas más duras contra la muerte. Gracias por estar siempre allí, día y noche, junto a las camas y los monitores, en los momentos de mayor fragilidad. Gracias a todos, hombres y mujeres, por brindar atención, compañía y consuelo a los pacientes y a sus familias. Al personal médico y asistencial, y al personal de aseo, gracias; una y mil veces, gracias.

Gracias a los que atendieron en los centros hospitalarios y en los escenarios más inusitados; por llegar hasta los barrios y las casas, por subir a las montañas y recorrer las veredas. Gracias por atender en hoteles y en hospitales de campaña; por vacunar en parqueaderos, en centros comerciales y en coliseos. Gracias a quienes salvaguardaron la dignidad de las personas fallecidas en la más solitaria de las muertes.

Gracias a los invisibles. A los que pasaron día y noche en los laboratorios, a los que recogieron y analizaron la información y a los que hicieron los cálculos; a los que cada día actualizaron los reportes y llevaron los datos a alcance de toda la ciudad, gracias. A los equipos de comunicaciones, gracias, infinitas gracias.

A los administrativos que hicieron posible la atención, a los que elaboraron los contratos, a los que pagaron, a los que compraron los medicamentos, los insumos y los equipos cuando todo se hizo escaso, a los que garantizaron la calidad de los servicios y a los que formaron al personal que hacía falta, gracias.

Gracias a los que sumaron voluntades y recursos. Bogotá fue una sola durante la pandemia, las entidades públicas, las organizaciones privadas, las universidades y los ciudadanos se juntaron como nunca en torno al empeño de cuidar la vida. Gracias por lo vivido y por la lección que queda hacia el futuro. Que podemos hacer las cosas juntos, es hoy una certeza para Bogotá.

Gracias a los que tuvieron el coraje de liderar, de decidir y de actuar cuando todo apuntaba a parar. No los olvidamos. No los vamos a olvidar nunca. Gracias.

@tatianaduplat