Jaime Pinzón López | El Nuevo Siglo
Miércoles, 3 de Febrero de 2016

HISTORIA

Camilo, 50 años

“Creía en la insurrección armada para cambiar estructuras del país”

 

Parece que fue ayer. El cura Camilo Torres, Capellán de la Universidad Nacional, amigo de profesores, trabajadores y estudiantes, a comienzos de la década de los años sesenta decía misas, dictaba conferencias, participaba en mesas redondas, carismático, idealista, con sensibilidad diferente a la mayoría del clero de la época. Había nacido en 1929 en familia de clase alta, su padre médico Calixto Torres Umaña y su madre doña Isabelita Restrepo. Bachiller del Liceo de Cervantes, ingresó a estudiar Derecho, pero en 1947 decidió hacerse sacerdote. Se ordenó en 1954, viajó a Lovaina a estudiar sociología, regresó al país a preparar su tesis de grado, obtuvo la licenciatura en 1956 y en su nuevo  viaje a dicho claustro conoció a Margarita María Oliveri, activista revolucionaria, quien sería su más cercana colaboradora.

 

Desde 1961, por defender las protestas estudiantiles empezó a tener problemas con el Cardenal Luis Concha Córdoba. Se retiró de Capellán, pasó a la iglesia de La Veracruz, trabajó por la reforma agraria y en 1965 emprendió su acción política, propuso la unificación de distintos grupos populares, creó el Frente Unido, rompió  con la jerarquía católica, se retiró del sacerdocio sin abjurar de su religión, recorrió el país, encontró cerrado el camino electoral. Admiraba la Revolución Cubana y el 7 de enero de 1966, un año después del asalto de Simacota por el ELN, anunció públicamente que se iba para la guerrilla. Creía en la insurrección armada para cambiar las estructuras políticas, económicas y sociales del país. Los organizadores del movimiento subversivo habían establecido estrechos contactos con Camilo durante su gestión como capellán.

 

Los jóvenes liberales lo sentíamos distante y dirigentes políticos de su generación trataron de disuadirlo pero no lo lograron. Cayó en el primer combate. Ahora se busca recuperar sus restos  y seguimos formulando votos por el éxito de las conversaciones de paz con las Farc y en que sea posible un acuerdo con el ELN.

 

Rindo homenaje a Camilo Torres a 50 años de su muerte. El 15 de febrero de 1966, él y sus compañeros divisaron la patrulla del ejército en Patio Bonito, municipio de San Vicente, Santander. La atacaron con una descarga que produjo cuatro bajas y tres heridos, quisieron apoderarse del armamento de los uniformados.  Un soldado que  fingía estar muerto se levantó y disparó contra el grupo guerrillero. Las ráfagas alcanzaron a Camilo. El Inspector de El Carmen, Jaime Quintero, realizó el levantamiento de los cuerpos a las 5:30 de la tarde, sin identificarlos como correspondía. El general Álvaro Valencia Tovar, comandante de la Quinta Brigada y amigo suyo confirmó la noticia. No merecía ese final.