JAVIER A. BARRERA | El Nuevo Siglo
Viernes, 23 de Marzo de 2012

REPLANTEAR

La brújula de Petro

SI  algo podemos aprender de las últimas alcaldías de Bogotá es lo siguiente: a la hora de gobernar, la izquierda sufre de los mismos problemas que le critica a la derecha. Basta ver las consecuencias que han traído las administraciones de Garzón, Moreno y hasta el momento la de Petro.

Más allá de las bases ideológicas, el principal problema de la izquierda es que ha concentrado su crítica en una lógica de poder que es más propia de las mafias que del pensamiento de la derecha. De ahí que a la hora de gobernar se vean obligados a cometer los mismos vicios que tanto critican a su contraparte.

Sin embargo, más allá de las ideologías, lo que deberíamos pedir al actual Alcalde es que replantee su forma de gobernar. La Administración actual se parece al guión de una película llamada “¿Y dónde está el piloto?”

Petro parece tratar de organizar una ciudad sin saber nada de administración y nada sobre la ciudad en sí.

De ahí que en el Distrito todos tienen una opinión diferente sobre el mismo tema, de ahí que siempre deba alguien corregir las declaraciones del Alcalde, de ahí que Petro sigue hablando en términos de promesa y no en términos de ejecución.

Mientras eso sucede Petro se escuda desde Twitter en que su gobierno es de cara a la gente. Aunque bonito, el argumento suena un tanto bucólico. Gobernar de cara a la ciudadanía no implica responder las preguntas de todos los ciudadanos, labor que puede ser más ardua para Petro si se tiene en cuenta que su llegada a la Administración se dio con un número muy bajo de votos, es decir, con muy poca aprobación ciudadana.

El problema parece ser que la brújula de Petro sigue apuntando a la demagogia y al discurso, elementos útiles en tiempo de campaña pero innecesarios para administrar una ciudad como Bogotá.

La brújula debería estar concentrada hoy en la ejecución, en cumplir su plan de gobierno y en demostrar que todo lo que dijo para llegar a la Alcaldía era producto de una visión técnica y no resultado de un episodio de verborrea descontrolada en la que obtener un voto perdonaba cualquier pronunciamiento.

La movilidad sigue en detrimento y el SITP parece enredarse en los delirios del Alcalde; el Metro estudiado ya no sirve y ahora hay que cumplir irresponsables promesas de campaña. Bogotá se convierte en una ciudad extremadamente costosa que no aporta mucho a la calidad de vida de sus habitantes.

Así las cosas, convertir a Petro en el twittero mejor pagado del país es un lujo que la ciudad no se puede dar. “¿Y dónde está el piloto?”, simple: está en Twitter con Petro.

@barrerajavier