JAVIER A. BARRERA B. | El Nuevo Siglo
Sábado, 31 de Marzo de 2012

Sobre el conflicto

PUBLICÓ El Tiempo una entrevista con uno de los sobrevivientes de los bombardeos que realizó el Ejército contra campamentos de las Farc. Si bien las respuestas del desmovilizado son algo evidentes, quedan dos elementos que vale la pena destacar.

El primero es la honestidad con la que el entrevistado habla de cómo la muerte de comandantes no es un problema importante para la estructura de las Farc. Más que la estructura, lo importante es la lógica “corporativa” que se ha enquistado en el organigrama del grupo. Algo que he defendido muchas veces y que, no de casualidad, funciona mejor desde que las Farc se convirtieron en uno de los principales carteles de narcotráfico del mundo.

Por cada comandante muerto surgen dos o tres que no sólo son “aptos” para sustituirlo sino que, probablemente, llevaban un buen tiempo haciendo fila a la espera de la oportunidad. La muerte de un guerrillero no va a acabar un conflicto que desde hace tiempo dejó de ser ideológico y que hoy por hoy se concentra en defender, irónicamente, la lógica capitalista bajo la que se rige el negocio del narcotráfico.

Al igual que las posiciones laborales de la ciudad, siempre van a existir personas dispuestas a organizar los mandos directivos de cualquier organización. Es cierto que atacar las cabezas es importante; sin embargo, deberíamos invertir el mismo esfuerzo en entender, y prevenir, que la base se siga llenando de voluntarios.

Lo segundo interesante que resalta el desmovilizado es el aparente interés que tienen las Farc por “educar” a sus filas. Lo sorprendente del asunto es que no están educándolos con textos de economía marxista, socialismo ni nada que se le parezca.

Resulta que los están educando en “comprensión de lectura”. Si se mira con cuidado, si se reflexiona a fondo sobre este detalle, se revela algo de la insensatez del conflicto armado colombiano.

Por el lado A: la sociedad civil se rompe el cerebro tratando de entender qué percepción del mundo puede tener alguien para entrar a formar parte de las filas de las Farc.

Por el lado B: el grupo narco-guerrillero se esfuerza por vender unos ideales que sus filas no sólo no han estudiado sino que, en honor a la verdad, son incapaces de entender.

Por el lado C: el Gobierno desgasta sus instituciones conteniendo un monstruo de mil cabezas. Invierte en el conflicto armado pero no en la educación que podría alimentar el criterio de los campesinos.

Al final de la historia todos los días mueren colombianos que compran la mentira de las Farc, dando su vida por una lucha perdida e inexistente que sólo sirve para engrosar el negocio del narcotráfico y para empolvar la nariz del mundo capitalista que ellos mismos odian y combaten.

@barrerajavier