JOSÉ E. MOSQUERA | El Nuevo Siglo
Viernes, 23 de Marzo de 2012

La radiografía del hambre

JOSÉ E. MOSQUERA

La  Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, FAO, en su informe anual sobre el estado mundial de la agricultura y la alimentación 2010-2011 vaticinó que para 2050 el crecimiento demográfico y el aumento de los ingresos exigirán un incremento de 50% de la producción mundial de alimentos. Según sus estimativos eso equivale a una producción anual de mil millones de toneladas de cereales y de 2.000 millones de toneladas de productos pecuarios.

Igualmente revela que las alzas en precios de los alimentos, la debacle financiera y la recesión económica mundial hicieron que se incrementara más el hambre en el mundo. De acuerdo con las estadísticas existen 1.023 millones de personas que sufren hambre en el mundo, de las cuales 62% vive en Asia, 26% en África, el resto en América Latina, Oceanía y en algunos países desarrollados.

Los problemas del hambre han dejado de ser asunto exclusivo de países subdesarrollados. En EE.UU. se calcula que unos 45 millones de norteamericanos dependen de los cupones de comidas para sobrevivir. Un informe del Departamento de Agricultura norteamericano dice que el uso de cupones de comida creció 34% en 2009, 12% en 2010 y 16% en 2011. Se estima que 14% de la población de Estados Unidos sufre inseguridad alimentaria. En Grecia, Italia y España miles de personas asisten diariamente a comedores populares, en donde se reparten alimentos gratis para paliar el hambre.

En el caso de África, las cifras de la FAO indican que 40% de la población sufre de hambre y en las últimas décadas las importaciones de alimentos han crecido 60%. En África, además de los efectos de las sequías, de guerras y de conflictos tribales en las producciones de alimentos, otras de las causas que generaron descensos en las producciones de alimentos, obedecen en parte a expropiaciones de empresas agrícolas que impulsaron las dictaduras en determinados países.

Los desaciertos en las políticas agrícolas, liberaciones comerciales y reducciones de aranceles sobre bienes importados llevaron a la ruina a miles de los agricultores en África. Por esas medidas erráticas países como Malawi, Zimbabwe, Kenia y Ruanda, entre otros, que en la década del 90 eran autosuficientes en producciones de alimentos, actualmente importan más de 80% de la comida que consumen.

En América Latina y el Caribe, uno de los ejemplos más ilustrativos de los efectos nocivos de las recomendaciones del FMI y el BM es el de Haití. Un país que por culpa de las exigencias de estos dos organismos multilaterales y del Gobierno de Bill Clinton, luego de la restitución en el poder del presidente Jean Bertrand Aristide, lo obligaron a rebajar de 50% a 3% las tasas aduaneras que protegían la producción de arroz.

Haití, que fue autosuficiente en la producción de arroz, principal producto de su dieta alimenticia, se convirtió en uno de los principales importadores de arroz de EE.UU. Luego de 18 años de la liberación aduanera del arroz, la alimentación de la mayoría de los haitianos depende de la ayuda humanitaria internacional. Esta es una radiografía del hambre en el mundo.

jemosquera@une.net.co