JOSE MANUEL RESTREPO ABONDANO | El Nuevo Siglo
Miércoles, 21 de Marzo de 2012

SORPRENDENTE Y PREOCUPANTE

Luces apagadas

Creíamos que todo lo habíamos visto en las declaraciones de varios de los miembros de las altas Cortes de este país. Entendíamos que siendo no aceptables muchos de sus comportamientos, respondían a pequeños errores de concepto o de juicio de actuación. Pero lo que hemos vivido en las últimas semanas es sorprendente y preocupante.

Primero las declaraciones del Presidente de la Sala Penal de la Corte Suprema cuando afirma que la Reforma a la Justicia es una revancha del Congreso. Es válido afirmar que el proyecto adolece de objetivos claros o de medios adecuados. Aún es posible recibir la afirmación de otros altos magistrados según la cual es una “colcha de retazos sin ningún norte”. Todas ellas son críticas que dan lugar a debate y que pueden llevarnos a pulir la Reforma; pero pasar de allí a decir que hay un “tufillo de retaliación y revanchismo” es una afirmación que lleva una carga venenosa por dentro y un juicio muy delicado. Nos estamos acostumbrando a una Corte que piensa que lo que quieren la mayoría de los colombianos es una cuenta de cobro por ¡no sabemos qué!

Y luego vino la segunda perla. Me refiero a la afirmación del Presidente del Consejo de Estado según la cual las denuncias de irregularidades en las altas Cortes son peores que los ataques de la guerrilla. Sumémosles a las investigaciones de la Comisión de Acusación a todas las Cortes por contrataciones irregulares, el escándalo de un posible “carrusel de pensiones” que ha llamado la atención de los órganos de control. Yo personalmente creo que el tema pensional en las altas Cortes no puede verse de forma distinta a una posible apropiación intergeneracional de lo público, de una generación de juristas a una generación joven que sí le va a tocar ahorrar para su pensión y que difícilmente tendrá los beneficios que están teniendo los altos magistrados en el momento de su retiro. Están los jóvenes hoy financiando beneficios costosísimos de otros que nunca hicieron el ahorro que permitiese tales prebendas. Esto en la economía es un serio problema social y fiscal de largo plazo.

Y para terminar en esta seguidilla de expresiones públicas, viene la afirmación del Presidente de la Sala Administrativa del Consejo Superior de la Judicatura según la cual si no se hubiese destapado la parapolítica, Mancuso sería Ministro de Cultura. De pronto el jurista quería llamar la atención, y lo logró, y acudió a un mal chiste para explicar su argumento, pero francamente no se espera de un magistrado de una Alta Corte semejante expresión. Además de irresponsable, es indigna, irrespetuosa con el país y casi que infantil. ¡Afortunadamente hubo retractación al día siguiente!

Ninguna de estas expresiones habla bien de los magistrados, de la majestad de la Justicia y de lo que se espera de una Rama Judicial como la que otrora ejercía en Colombia y demuestran que en este poder público las luces parecen apagadas.

jrestrep@gmail.com