JUAN ÁLVARO CASTELLANOS | El Nuevo Siglo
Jueves, 11 de Abril de 2013

Impuestos amarrados

 

Impuestos  fijos y transitorios, establecidos por distintos gobiernos, se convirtieron en puntos sensibles de mayores costos en el bolsillo de los ciudadanos, tanto en consumo, como para quienes producen y generan empleo.

El 4 por mil hizo carrera veloz, penetró con suavidad y asomó su cara, al reiterar todos los gobiernos, que en su momento se eliminaría. A la altura de 2003, se reiteró que su permanencia en la tributación, sería transitoria. También en campañas presidenciales, la misma promesa. Y todo lo contrario, llegó para quedarse.          

Después de la expedición de la Constitución en 1991, todos los foros sobre economía, han discutido sin excepción, la vigencia de la Tasa de Usura. Para unos, un mecanismo de control frente al costo crediticio en distintas formas y para otros, ventana abierta para provocar un efecto contrario, traducido en alzas y mayores costos.

La reciente Reforma Tributaria hizo énfasis en la eliminación del cobro en la Retención en la Fuente, dirigida  a aliviar ingresos salariales y cobros por giros de dinero, en actividades comerciales inferiores a 3 millones de pesos.

Empleados sostienen que se les sigue incluyendo ese impuesto, en el pago de salarios. Debe ser denuncia pública, citando de manera concreta, quiénes y en dónde lo hacen. La Reforma, dejó como punto de atracción la disminución del Impuesto de Valor Agregado (IVA) del 16 al 8 por ciento, por consumos en restaurantes y cafeterías. “Ha desaparecido el cobro del 16 por ciento, pero no falta quienes todavía lo incluyen, en lugar del fijado en 8 por ciento”.

Es debate repetido en etapas previas y posteriores, a la expedición de reformas tributarias. Abundan  declaraciones de funcionarios de Gobierno, analistas, gremios, sindicatos y similares. Luego desvanece la discusión y queda en el olvido

Empresarios  dicen que mantienen control en el manejo de su propia facturación para cumplir la Reforma. Sin embargo, explican que en el comercio, hay casos, de manejos por debajo de la mesa. Productores de alimentos, registran aumentos en costos de producción, del 20 por ciento,  como consecuencia del IVA para materias primas. Los impuestos amarrados hacen mella en todos los renglones comerciales, inclusive en los cobrados a los compradores por artículos de lujo.

Aparte del Gobierno,  gremios y centros de estudio económico, deberían convertirse en agentes solidarios con gente de todos los estratos, a través de consultorios tributarios, para detectar cobros subterráneos y frenar alzas exageradas.