JUAN ALVARO CASTELLANOS | El Nuevo Siglo
Miércoles, 21 de Marzo de 2012

LA OTRA CARA

Pilas a Bogotá

Bogotá  no está al borde del caos total como para pensar que con sus cerca de 10 millones de habitantes se esté hundiendo porque la aguja de su brújula se quedó pegada.

La sociedad en zonas residenciales y comerciales hace esfuerzos para sobrevivir, pese al impacto que genera el pésimo estado urbano, tanto para transitar como para ocupar espacios.

Pese a la congestión, la ciudadanía de bien, que por fortuna predomina, va a sus labores diarias, con precaución y conciencia de la importancia de recurrir a la convivencia responsable para hacerle frente al difícil acceso al TransMilenio.

Está por aclararse quién o quiénes mandaron a los vándalos a provocar el sabotaje, incluida la agresión a la propiedad privada; continúan rayando fachadas y dejando dibujos diabólicos que permanecen en distintos sitios públicos. Eso no es libre expresión, sino delito.

Con destacamento de tres mil unidades de Policía dentro del sistema TransMilenio, la empresa atinó a una ligera mejoría al imponer orden con mayor y mejor distribución de sus articulados, de manera especial en las horas pico.

No significa esta observación que después del asalto se haya convertido en 14 días en dechado de virtudes. Pero al menos la fluidez de sus servicios aumentó.

Un periodista español, corresponsal en Bogotá hace varios años, dice con razón que “es una lástima, pero la ciudad no es caminable”. La carrera 15 entre 72 y 100 se convirtió en un mercado de vergüenza.

Asombra que el Alcalde y su equipo no vean la revoltura que muestra la capital. Eso es desamor por esta Bogotá, “flor de razas, compendio y corona”, como la describió con acierto el autor de su Himno.

La sala con imagen permanente de alta tecnología instalada en la Alcaldía les permitirá ver el crecimiento del desorden y el deterioro urbano en todos los sectores.

La estrategia está en integrar equipos de trabajo en movilidad, obras, ornato, seguridad y salud, dirigidos por Petro para que con su capacidad, que la tiene, piense con cabeza fría y no se irrite.

Cada equipo puede ser una fuente permanente de empleo en obras y ornato para limpiar la capital derruida. Sin descartar mercados populares, bajo techo y ordenados, en lugar de ventas callejeras.

En medio del desconcierto todos los medios sociales capitalinos quieren colaborar; esperan que funcione la brújula. El problema no es sólo de pilas, lo importante es saber ponérselas a la ciudad.

Ojalá el presidente Santos, como bogotano, haga un paréntesis en su compromiso nacional para ayudarle con su equipo de Gobierno y el Alcalde lo entienda como apoyo, no como imposición.