OPINIÓN ORBITAL

Comienza a hacerse lo que podríamos llamar justicia tributaria a nivel mundial. Los ministros de finanzas del G7 (Estados Unidos, Canadá, Alemania, Gran Bretaña, Francia, Italia y Japón) acordaron establecer un impuesto especial para las grandes multinacionales que tienen ganancias exorbitantes y que no son gravadas en país alguno. Se trata de un impuesto de sociedades. Actualmente el sistema tributario a nivel internacional está completamente obsoleto y en la práctica es inexistente. Su diseño data del año 1920.

Esta nueva gran reforma fiscal está impulsada por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). Los británicos piden, además, que se castiguen los grandes beneficios de los gigantes digitales en el mismo país en donde obtienen sus fabulosas ganancias. Por ejemplo, la filial irlandesa de Microsoft no tributó ningún impuesto el año pasado por unos beneficios que superaron los 315 mil millones de dólares. Asimismo se busca que todas esas empresas informen en detalle cómo están impactando el medio ambiente y los sistemas ecológicos.

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No siempre "a la tercera va la vencida". No al menos en el Perú, en donde la controversial candidata de la extrema derecha Keiko Fujimori fue derrotada en su tercer intento por llegar al Palacio de la Moneda por su opositor, el ultraizquierdista Pedro Castillo. Hija del defenestrado y encarcelado Alberto Fujimori, la dirigente fue, para colmo de sus males, blanco de una orden de encarcelamiento en las últimas horas por haber violado normas de su libertad condicional.

Sin embargo, no ha habido levantamientos y todo parece indicar que la transmisión del mando se hará de manera pacífica. Fujimori, empero, ha solicitado anular doscientos mil sufragios.

Para los observadores este bien podría ser el fin del fujimorismo. Lo que viene es una incógnita porque Castillo está apoyado por sectores muy beligerantes de la izquierda, entre ellos el partido Comunista. Ha hecho, además, una serie de promesas que están alarmando a los mercados y la inversión extranjera. El problema peruano es que su déficit fiscal es muy alto y su endeudamiento externo ha prendido las alarmas del Fondo Monetario Internacional. El otro problema de Castillo es que adolece de cuadros debidamente preparados para tomar las riendas del país.

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El exalcalde bogotano, Enrique Peñalosa, también insiste en llegar a la Casa de Nariño. Apoyado por otros exalcaldes quiere "picar en punta". Sin embargo tiene el problema de que aspira a serlo simplemente recogiendo firmas, sin el apoyo -al menos por ahora- de ningún partido político o movimiento. La cosa no le será fácil. Mal contadas hoy hay más de treinta aspiraciones de todos los pelambres. Sobre el espinoso tema existen muchas divisiones al interior de los partidos, incluso del mismo Centro Democrático.

Por eso fue que Marta Lucía Ramírez prefirió la Cancillería y Luis Alberto Moreno, otro buen prospecto, permanece callado y al margen. Sergio Fajardo está muy confiado en lograr un amplio apoyo en el próximo futuro. Pero hay grandes sombras en el horizonte, siendo la mayor la de Gustavo Petro, que cuenta con un gran caudal electoral (ocho millones de votos) y que bien podría ser el sucesor de Iván Duque.

Adenda Uno

Con cuarenta estaciones vandalizadas, más doscientos buses averiados y pérdidas millonarias, la flota de Transmilenio está a punto de colapsar como fruto de los desmanes de los últimos días en la capital. Que poco amor y respeto por nuestra ciudad.

Adenda Dos

No puede haber territorios vedados a nuestras Fuerzas Armadas. Por eso es absurda la petición en este sentido de los energúmenos del Comité del Paro.