Mi regalo de Navidad para mis estimados lectores es la destacada historia de la Orquesta Filarmónica de Bogotá. Creada en 1967 durante la alcaldía de Virgilio Barco, gracias al empeño de la Fundación Filarmónica Colombiana y del maestro Raúl García.
La Filarmónica se ha convertido en una excepcional red de orquestas sinfónicas, coros y proyectos educativos de música, con el propósito de convertir las múltiples facetas de la música en parte de la vida de los colombianos interesados en este bello arte.
Se puede decir que este “Sistema de Formación Musical y de Orquestas de la Filarmónica” logró, con creces, cumplir con su importante empeño de democratizar la música sinfónica, no solo en Bogotá sino también en toda Colombia. Llegando así a convertirse en un ejemplo para el mundo, por el alto nivel y éxito de sus proyectos musicales y educativos.
Hoy, más de seis millones de personas han disfrutado de las interpretaciones de la Filarmónica de Bogotá, compuesta por 99 músicos, o por una de las otras orquestas de la red: la Filarmónica Juvenil, la Filarmónica de Mujeres, la Filarmónica de Música Colombiana, la de Cámara, la Banda Filarmónica, el Coro Filarmónico Juvenil, los coros de niños, entre ellos el Coro de Hijas e Hijos de la Paz, formado por hijos de los exguerrilleros de las Farc.
A esto se unen los proyectos de formación musical de la red, los cuales alcanzan a más de 30 mil niños y cuenta con 500 maestros.
Quiero destacar que las agrupaciones que formas parte de esta maravillosa red tocan conciertos en toda Colombia, inclusive en los territorios más alejados. Por ejemplo, la Filarmónica Juvenil interpretó la Novena Sinfonía de Beethoven en Sibundoy, Putumayo, en honor de las comunidades indígenas, evento de gran emotividad, muy aplaudido y admirado.
Recientemente asistí a un concierto de Navidad de la Filarmónica Juvenil y el Coro Filarmónico. Antes de comenzar con la parte navideña del programa la orquesta nos dio la bienvenida con el primer movimiento de Sexta de Beethoven, la bellísima Pastoral. La calidad de la interpretación me sorprendió, lo mismo que la energía y el carisma de su joven director, Manuel López Gómez, a quien entrevisté para Instagram.
López Gómez, quien ha dirigido esta Filarmónica por 4 años, tiene una destacada hoja de vida de la cual trascribo una mínima parte: “Ha sido director invitado de la Orquesta Sinfónica Nacional de Washington, Sinfónica de Detroit, Filarmónica de Radio France, Sinfónica de Gotemburgo, Sinfónica de Sídney, Filarmónica de Rotterdam, Filarmónica de Seúl, Filarmónica Checa, Filarmónica de Moscú, Filarmónica de Frankfurt, Filarmónica Real de Liverpool, Filarmónica Real de Estocolmo, Orquesta Sinfónica Simón Bolívar, Sinfónica Nacional de Colombia, Orquesta Sinfónica del Principado de Asturias, entre muchas otras.”
“Durante la temporada 2017/18, Manuel compartió con Gustavo Dudamel la dirección musical de la nueva producción de La Bohème en la Ópera Nacional de París. También ha trabajado junto a él en proyectos sinfónicos y óperas como La Traviata y la 8va Sinfonía de Mahler en Caracas, Don Giovanni en Los Ángeles, las Sinfonías de Brahms en Paris y West Side Story en el Festival de Salzburgo.”
Desde su creación hace 56 años, la Filarmónica de Bogotá no ha dejado de crecer. Maravilloso ejemplo de lo que se logra cuando se construye sobre lo construido.