Rebuscando entre viejos papeles cayó en mis manos un tesoro inapreciable: una cartilla para "redactores y corresponsales" escrita hace muchos años por Álvaro Gómez Hurtado, cuando fungía como director de EL SIGLO y era una de las plumas más donosas y brillantes ya como reportero, cronista o editorialista. Se trata de un singular documento que hoy tiene más vigencia que nunca.
Con esa sencilla y hermosa prosa que lo caracterizaba, Álvaro comienza por definirnos que es la noticia, "es el primer relato algo nuevo, extraño o pintoresco y que se susceptible de interesar a los lectores". La noticia, entonces, es un recuento de hechos o acontecimientos y ese recuento debe ser debe ser planificado y trabajado laboriosamente. Pero, nos advierte, la noticia no se presenta porque sí, sino que hay que buscarla. Y nos recuerda: "Si un perro muerde a un hombre no es noticia, pero si un hombre es el que muerde a un perro, ESO SI ES NOTICIA".
Como unos hechos pueden ser noticia, pero otros no, es necesario analizar cómo las circunstancias que rodean a un hecho. Esas circunstancias son. 1. La actualidad del suceso. 2. La proximidad al lector. 3. La influencia sobre su vida. 4. Su influencia sobre las aficiones del lector 5. Su contenido humano 6. Su capacidad de provocar controversia o consternación. 7. El número de gente que está involucrada. .8. La notoriedad del hecho. 9. Lo que puede enseñar al lector. 1O.
Su potencial influencia como tema de conversación.
El otro aspecto de importancia es “dónde está la noticia”. Toda noticia debe tener una fuente y éstas pueden ser personas o las instituciones o los archivos. El periodista debe emplearse a fondo para sacar el máximo provecho de sus fuentes. Debe "exprimirlas", como se dice en lenguaje coloquial. Observar todos los detalles, los indicios, los apuntes de primera mano, la clave: preguntar sin miedo ni contemplaciones, pero, desde luego, con educación.
Veamos lo que podríamos bien llamar “el armazón de la noticia”. El periodista debe saber, fundamentalmente, buscar la noticia, redactarla con claridad y presentarla adecuadamente. Al escribir la noticia el armazón noticioso debe basarse en un lead inicial que se desarrolla y se va ampliando hasta el final, cubriendo todos sus aspectos de interés. Y para ello debe hacerse cinco sencillas preguntas: ¿Qué? ¿Cuándo? ¿Cómo? ¿Donde? y Por qué? En saber responder atinadamente estos interrogantes reside el secreto de nuestro oficio, "el más bello del mundo" como solía describirlo Albert Camus.
En su muy útil Cartilla recomienda escribir en un tono impersonal y solo en casos muy especiales se puede relatar en primera persona. "Lo más antipático es escribir o hablar diciendo Yo lo hice, Yo lo vi, Yo pienso así. Como directriz básica se recomienda que todo relato se escriba con prontitud para evitar que "se enfríe". En relación con las entrevistas o reportajes éstas deben prepararse cuidadosamente, informándose sobre el personaje, sus actividades y su trayectoria y sobre todo averiguando si puede "soltar una chiva", como se le dice en el argot a las primicias.
Nunca hay que olvidar que el protagonista es el entrevistado y no el periodista. Ese antipático protagonismo le quita seriedad y solvencia a la entrevista. Otras buenas recomendaciones son las de escribir a doble espacio, y sólo por una cara del papel. Dejar anchos márgenes. Tenga siempre los ojos abiertos y los oídos alerta. Singularice los hechos. Siempre sea caballeroso y de muestras de cortesía. Ilustre, de ser posible, con gráficos y fotografías su artículo. Nunca califique los hechos ni los personajes. Y sea breve. Y mantenga el ritmo del relato, Y un consejo final: Hay que mantenerse muy bien informado. Y de nuestra propia cosecha: "No escriba como periodista lo que no puede decir como caballero".