LIONEL MORENO GUERRERO | El Nuevo Siglo
Viernes, 16 de Marzo de 2012

Apaciguando autócratas

El presidente Santos ha querido presentar su viaje a Cuba para visitar a Castro y Chávez como un triunfo de su diplomacia en el manejo del problema que le creó Rafael Correa. El Presidente ecuatoriano chantajeó al nuestro con la disyuntiva de invitar a Cuba a la Cumbre de las Américas, de la cual somos anfitriones o boicotearla por parte de los siete países del Alba (con amigos como estos…). Primero nuestra Cancillería mencionó que Cuba no pertenecía a la OEA, a lo que Castro le respondió que OEA y Cumbres eran dos cosas diferentes. Luego que necesitaba un consenso de los países de la Cumbre y Estados Unidos y Canadá, el primero explícitamente, el segundo implícitamente, manifestaron que tal invitación era imposible (nosotros no iríamos) pues en la III Cumbre (Quebec 2001),  se convino que solo se invitaría a “los líderes elegidos democráticamente” y que Castro no encajaba dentro de esta definición. Allí fue cuando Santos se fue a La Habana, a apaciguar a la vociferante izquierda y regresó diciendo que Castro no quería ponernos en situación difícil y no insistía en que lo invitaran. ¿Y cuál es el precio que debe pagar Colombia? Pues convertirse en abogada del más opresivo régimen de las Américas, más opresivo aún que el de Chávez o el de Ortega. Nuestro Presidente se comprometió a interceder para que Cuba sea invitada a las próximas Cumbres, olvidando los compromisos pasados en defensa de la democracia. Precisamente en Quebec los asistentes, por consenso (unanimidad) convinieron “el mantenimiento y fortalecimiento del Estado de Derecho y el respeto estricto al sistema democrático son, al mismo tiempo, un propósito y un compromiso compartido… (y son) “condición esencial” (para estar) “en ésta y en futuras Cumbres”. Para el actual gobierno colombiano hoy es más importante tener contentos a quienes desean acabar con las libertades, falseando elecciones, destruyendo la libertad de prensa, controlando a los jueces, abrigando a los terroristas, etc., etc., que defender los principios democráticos. Dice la izquierda que si a Cuba se la invitó a reingresar a la OEA, no hay razones para que no se la invite también a las Cumbres. Omiten decir que este eventual reingreso se condicionó al “resultado de un proceso de diálogo iniciado a solicitud del Gobierno de la República de Cuba y de conformidad con las prácticas, los propósitos y principios de la OEA” y que por su negativa a aceptar tales prácticas y principios es por lo que Castro afirma no estar interesado en volver a la OEA. Ni siquiera obtuvo nuestro Presidente el compromiso de asistencia de la ALBA. No bien dejó La Habana, Chávez y Correa se apresuraron a declarar que aún no habían decidido si asistirían o no. Lo mantienen en ascuas.
Me viene a la mente una frase de Churchill: “Apaciguador es el que alimenta a un cocodrilo esperando que se lo coma de último”.