Personalmente podemos creer que habiendo pasado el umbral de los ochenta años quizás lo habíamos visto todo. Pero no es así, porque sorpresas da la vida. Y una, no precisamente pequeña, es la reunión que con tintes de apoyo sostuvieron el expresidente Cesar Gaviria, jefe único del liberalismo y el candidato presidencial Gustavo Petro Urrego.
Claro que no podemos olvidar que Gaviria llegó a la Casa de Nariño por los berrinches galanistas y cuando no había un claro sucesor de Luis Carlos. Es un experto en jugadas a tres bandas. Pero volvamos a la última jugada gavirista. Con ella asegura el exmandatario una muy apetecible tajada burocrática de ser ungido el exguerrillero. Además, con su sola realización. Petro sigue limpiando. su imagen, como lo había hecho días antes con la bendición papal en persona.
No se anunciaron más avances, pero eso sí quedó claro que pasadas las elecciones y consolidada la candidatura petrista y la colaboración liberal, se harán nuevos anuncios. Nosotros no descartamos, siendo retorcidos, que uno de ellos bien podría ser el nombre del compañero de Petro para ir por la victoria final, que no sería raro que fuera el de Simoncito Gaviria. Por menos no imaginamos al ex dándole la mano a Petro. Como dice el dicho: amanecerá y veremos.
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Pero como todo no tiene que ser retorcido, nos llevamos una muy grata sorpresa viendo por televisión a una nueva generación de dirigentes hechos a pulso. Por el canal del Congreso, tampoco todo el material es desechable, presentaron la figura de una joven promesa, la del senador John Milton Rodríguez.
Con extrema sencillez, pero con gran convicción y claridad, nos contó lo que ha sido su vida al servicio del país, especialmente su paso por el Senado. Nos fue decantando todas sus luchas y logros, pero también tropiezos y fracasos. Con férrea voluntad y una inquebrantable fe en sus valores fue abriéndose camino "sin odios ni envidias contra nadie.
Es muy placentero poder constatar que hay nuevas figuras con grandes ilusiones. Lo que nos hace pensar que no solo nada está perdido, sino que se avecinan buenos tiempos de cambio en nuestras prácticas políticas. Si tan siquiera hubiera una decena de padre de la patria con su talante y valía, podemos estar seguros de que vendrán días mejores para nuestra democracia.
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Los conservadores alvaristas estamos de plácemes. Cuando todo parecía crepuscular aparece una atractiva figura llamada a llenar los vacíos de liderazgo que haya que llenar. Nos referimos a Enrique Gómez Martínez, sobrino de Álvaro Gómez Hurtado, quien ostenta las mejores credenciales por su inteligencia, preparación y experiencia para dinamizar y engrandecer su legado y llegar victorioso a la Casa de Nariño.
Armado para la batalla con lo mejor del talante alvarista y enarbolando como bandera el Acuerdo sobre lo Fundamental, Gómez Martínez insiste hoy en que lo más urgente que reclama el país es una reforma estructural de la justicia, como base de todo nuevo ordenamiento. Mejor programa de gobierno no es posible.
Viene a nuestra memoria aquella memorable jornada oratoria en la que Álvaro habló por más de seis horas ante un auditorio colmado por senadores y representantes y los invocó a comprometerse en la Salvación Nacional. Por eso es bueno y alentador para todos nosotros que lleguen a la lucha gladiadores como Gómez Martínez, que nos devolverán esa esperanza.
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En tiempos de pandemia, peor que el cólera, es muy gratificante para los colombianos que el presidente Joe Biden haya invitado al Salón Oval a nuestro mandatario Iván Duque. De seguro se ha dado cuenta de la seriedad de su gobierno y del compromiso que él ha tenido con la consolidación de la paz en nuestro país y en la región. Sea esta una nueva oportunidad para reconocerle a Duque -quien no la ha tenido nada fácil- que sin ostentaciones ha sabido cumplir con su deber.
Seguramente hablarán de muchas cosas, pero lo más seguro es que Biden quiere saber por boca de Duque como podría ser un eventual y futuro gobierno de Gustavo Petro. Si aquí estamos alarmados en Washington estará sudando petróleo. ¿Podemos imaginarnos a Petro como cabeza de nuestro futuro gobierno? Seguramente no será el aliado estratégico que ellos esperan que sea el inquilino de Nariño.
Adenda Uno. Nuestras cárceles son de las peores que hay en el mundo. Eso lo sabemos, Pero lo que no sabíamos era de la complicidad del Inpec y de los directores de esas mazmorras.
Adenda Dos. El invierno no da tregua. Todo el país está sufriendo las consecuencias. Derrumbes, inundaciones, destrucción de cultivos. El valor de los alimentos por las nubes.