A propósito de la Carta del 91 (XXXII)
Después de la presidencia de Suárez y de Holguín (Jorge), fue elegido Presidente el general Pedro Nel Ospina (1922-1926), periodista, orador, valiente militar en medio de las guerras civiles, rector de la Escuela Nacional de Minas. Fue gestor de numerosas carreteras y vías férreas en el territorio nacional, organizador de la Hacienda publica, creador del Banco de la República y de la Contraloría General. Asume el poder para el período 1926-1930 el abogado y humanista Miguel Abadía Méndez, con definición de límites con Nicaragua en 1928 (reconocimiento de derechos de Colombia sobre S. Andrés) y con Brasil. Tuvo qué afrontar Abadía el levantamiento huelguístico de la Zona Bananera (diciembre de 1928).
Vino, en el año 1930, la elección de Enrique Olaya Herrera, apoyado por el Partido Liberal y el Republicano de Carlos E. Restrepo, con quien se inician 16 años de gobierno (1930 a 1946) bajo esas ideologías, con grandes esfuerzos para sacar adelante al país, pero en el empeño por mantenerse en el gobierno hubo duro trato a sus adversarios políticos, y cerrada oposición del partido conservador que había gobernado de 1886 a 1930. Importante momento histórico fue el de la unidad monolítica de Colombia frente a la invasión peruana al “Trapecio Amazónico”, con su capital Leticia, el 1 de septiembre de 1932. Le correspondió afrontar este grave conflicto a Olaya Herrera, quien puso el mando de las tropas en esa región al general Alfredo Vázquez Cabo (contrincante conservador en la elección presidencial), venciendo las tropas del coronel Luis Sánchez Cerro, presidente del Perú, y llegando luego al Pacto de Río de Janeiro (24-05-34), con aceptación de aquella nación de los límites con Colombia, que siguen siendo respetados.
Después del gobierno de Olaya Herrera, de notable avance en la organización de las finanzas nacionales y en la red vial terrestre y marítima del país, asumió la presidencia el financista Alfonso López Pumarejo (1934-1938), con línea política hegemónica de la “Republica Liberal”. En 1936 se efectuó, bajo su gobierno, Reforma Constitucional con estos principales puntos: sustitución del respeto y protección a la Religión Católica señalados en la Constitución del 86 y proclamación de la tolerancia de cultos; apertura al sufragio universal; aceptación del derecho de huelga; fijación de labores del Congreso en cinco meses con sueldo anual.
A la primera administración López Pumarejo siguió la de Eduardo Santos Montejo (1938-1942), abogado y periodista. Se avanzó en su período en carreteras y vías férreas, construcción de la Escuela Militar. Para el período 1942 a 1946 ya no fue un solo candidato a las urnas en lid electoral, como para los dos períodos anteriores, sino dos, de extracción liberal, Alfonso López Pumarejo, en busca de reelección, y Carlos Arango Vélez, con apoyo del Partido Conservador. Victorioso López emprendió con nuevo estilo su gobierno con salidas del país a Venezuela y Estados Unidos y posesión en su ausencia de los designados presidenciales Carlos Lozano y Lozano y Darío Echandía. Fuerte fue la oposición a López de parte del conservatismo, por graves aspectos cuestionados al Presidente a su familia, con intento de golpe de estado con epicentro en Pasto (10-07-44) en donde fue puesto preso por un grupo militar, con posesión del designado Echandía en Bogotá con designado y restablecimiento del Presidente, salvándose la legitimidad gubernamental.
En medio de esas dificultades se adelantó, sin embargo, nueva Reforma Constitucional (1945), por la que se suprimió la de Segundo Designado, se estableció la elección de senadores por voto popular y la reducción a sólo dos debates en las Cámaras para la aprobación de las leyes. (Continuará).
*Presidente del Tribunal Ecco. Nacional