Nadie, absolutamente nadie, estaba preparado de manera alguna para hacerle frente a lo que estamos padeciendo en el mundo entero. Y con lo único que podemos combatirlo exitosamente es con lo que, infortunadamente, menos  tenemos: conciencia y solidaridad social. Sin embargo, por aquello de que no hay mal que por bien no venga también, estamos seguros de que aprenderemos de esta dura experiencia y saldremos todos más fortalecidos. También debemos aprender que hay que estar mucho más  alerta y mucho menos confiados.

Como país debemos asumir la lección que necesitamos tener un  Plan Nacional de Salud acorde a las necesidades y requerimientos contemporáneos,  construyendo las unidades de cuidados intensivos que sean menester y mantener flujos de financiación flexibles, pero sobretodo de rápida aplicación. Lo mismo hace relación a la preparación y capacitación del personal médico y sanitario que, hasta la fecha, ha demostrado ser peligrosamente deficitario. Somos un país tropical y por ello más propenso a toda clase de virus y bacterias.

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Así como los Estados Unidos están condenados a padecer, en forma cíclica y periódica, las olas de inmigrantes que vienen de Centroamérica y México, nosotros en Colombia también debemos lidiar con la penetración migratoria ilegal proveniente de Venezuela. Ambos países tenemos unas fronteras muy porosas y hacerles frente a esa horda es muy complicado. Las legislaciones no son suficientes y las normas y organizaciones internacionales no son de mucha ayuda en los momentos de crisis.

Con Venezuela tenemos una raquítica frontera de más dos mil quinientos kilómetros de largo, en medio de la nada. Extensos territorios se prestan para ser aprovechados por esas oleadas de indocumentados que pasan todos los días y a todas horas de un país a otro. La búsqueda de alimentos y techo les da la energía necesaria para quebrar la ley. Además en estas faenas  todo es negociable y extensas redes de inescrupulosos  se nutren de las carencias. Es tan grande la red delincuencial que está preparada para llevar a los necesitados hasta Ecuador y Perú.

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El presidente Joe Biden ha prometido arreglar la situación de más de diez millones de indocumentados que actualmente están en los Estados Unidos. No será una tarea fácil ya que a México y países vecinos no les interesa el regreso  de estos migrantes. El propio presidente mexicano así lo ha hecho saber y aunque Biden quiere sentarse a negociar no le van a dar la oportunidad de satisfacer sus peticiones.

Adenda

Volviendo a nuestro país vamos a tener que ser muy cuidadosos con el regreso masivo a las aulas que se nos avecina. Parece que el regreso "gradual  progresivo y seguro" será a partir del quince de febrero, en lo que atañe a colegios oficiales. Los privados lo harán a partir de la semana próxima.