Lo que siempre había sido un temor más o menos palpable, el pasado domingo se volvió una tangible realidad: Gustavo Petro, el exguerrillero del M19, se convirtió en el próximo presidente de los colombianos y como tal ya les formuló su primera alocución, durante la cual lució calmado y hasta relajado. Sus palabras fueron igualmente ponderadas. Una cosa ha quedado bastante clara: Petro jugó a la democracia y ésta le ha dado su gran oportunidad.
Anunció que su lucha será contra la corrupción y el cambio climático. Su principal motivación será buscar la paz total para el país. Y, desde luego, no sería descabellado pensar que el ELN estaría dispuesto a lograr un acuerdo, así como ya lo manifestaron las disidencias de las Farc, Petro sabe que ese logro seguro le garantizará un lugar en la historia. Se convirtió en el Gran Elector. La mitad votaron por él y la otra mitad contra él.
Su llamado a un gran acuerdo nacional, de inmediato le fue aceptado por el liberalismo. Esto ya, de por sí, le permitirá contar con mayorías parlamentarias para sus principales proyectos. Ha calificado a su futura administración como la del "gobierno de la esperanza" y prometió no defraudar. a nadie. "Mi lucha será por el amor a Colombia", deponiendo todos los odios", concluyó,
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Al mejor estilo del Gatopardo ("cambiarlo todo para que nada cambie"), parece que Gustavo Petro gobernará con la flor y nata del establecimiento y por ello han comenzado a sonar nombres para el Ministerio de Hacienda como los del Rudolf Hommes o José Antonio Ocampo. El "sonajero" para los principales cargos está lleno, pues de nombres de exministros. En los carros oficiales cambiará, pues, el rostro de los choferes, pero no el de los ocupantes. El expresidente Gaviria ya tiene su lista de burócratas y aquí no ha pasado nada, como solía decir otro expresidente, Alfonso López Michelsen.
Esta parece ser su estrategia para calmar los nervios crispados. La única cartera ya designada es la que se llamará de "la Igualdad" y será desempeñada por la vicepresidenta Francia Márquez, quien ha adelantado que "gobernará para las nadie y los nadie". Esa sería la gran novedad.
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Y mientras tanto se ha instalado un nuevo circo, esta vez por cuenta de las Farc. La Justicia Especial para la Paz, JEP ha reunido al extinto Secretariado con sus víctimas, tanto civiles como militares. Se busca que, públicamente, reconozcan sus crímenes y pidan perdón con la promesa de la no repetición. Compungido, el temible 2Timochenko” lo ha hecho. Incluso han confesado que, muertos en cautiverio, pedían rescate por sus cadáveres.
El Secretariado se retractó de haberle echado la culpa de las órdenes a los guerrilleros rasos y en esta ocasión reconocieron que fueron ellos los que las dieron. Este encuentro puede ser la antesala de un acuerdo entre el presidente Petro y el ELN, del que hablábamos antes. Para Petro no debería haber nada más importante.
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Adenda Uno. Una prueba irrefutable de cómo las cosas seguirán idénticas, es la presidencia del Congreso en cabeza de Roy Barreras, un político de todos los gobiernos y que puede identificarse con cualquier cosa menos con algo que signifique un cambio real.
Adenda Dos. El presidente electo Gustavo Petro está rodeado de alfaristas. Su padre y su suegro son admiradores y seguidores del inmolado caudillo. Algo que habla muy bien de su familia.