Gustavo Petro Urrego es hoy el gran protagonista del país político, al ser elegido como el sucesor de Iván Duque en la presidencia, una meta que él luchó incansablemente por casi tres décadas. Llega bien preparado para el cargo y cuenta ya con el apoyo de las mayorías parlamentarias. Tiene, además, la gran oportunidad de consolidar "la paz grande, la paz integral", como él mismo la llama, que comprometer a todos los grupos aún alzados en armas. Para esta tarea cuenta con el valioso apoyo del político conservador, Álvaro Leyva Durán, antiguo negociador en el conflicto.

Petro sabe mejor que nadie que su gobierno podrá llegar a ser el del "Mandato por la Paz". Por eso los próximos días serán decisivos para los acercamientos necesarios en busca de conseguir este objetivo. Será un cambio muy al estilo del Gatopardo "Que todo cambie para que nada cambie" y así, en los carros oficiales es muy probable que cambien las caras de los conductores más no la de los pasajeros. Una especie de conejo, tanto que el expresidente Gaviria se apresuró a pactar con Petro para llenar las nóminas oficiales con sus áulicos.  Como quien dice "tranquilos que aquí no ha pasado nada".

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Sigue el circo de las Farc. Reunidos con los representantes de las víctimas, los miembros del secretariado reconocieron a regañadientes que habían secuestrado y torturado a miles de colombianos, rectificando su antigua versión en la que culpaban a sus militantes. Este ha sido un exorcismo que el país necesita realizar y que seguramente traerá beneficios a ambas partes. Lo importante es que estos actos criminales no vuelvan a suceder y Petro pueda cerrar este penoso ciclo con la firma de la paz con el Eln.

La violencia en Colombia ha dejado a lo largo de medio siglo más de trescientos cincuenta mil víctimas, lo que evidentemente ha incidido negativamente en el progreso del país y de la democracia. Esta nueva etapa nos debe permitir acelerar nuestro desarrollo socioeconómico y lograr las tasas de crecimiento que se necesitan para hacer una mejor redistribución del ingreso.

Solo así podremos consolidarnos como la cuarta potencia latinoamericana, solo por debajo de Brasil, México, y Argentina.

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La Alcaldía Mayor de Bogotá es una pieza clave en el ajedrez nacional. Nuestro diario nos informa que por estos días han comenzado a barajarse los nombres de los políticos más opcionados, entre los que figuran Marta Lucía Ramírez, Carlos Fernando Galán y Luis Carlos Pinzón. El exministro y también antiguo guerrillero del M19, Antonio Navarro Wolff, ha vuelto a sonar con fuerza para ser inquilino del Palacio Liévano. La actual alcaldesa Claudia López ha ejercido el cargo con altas y bajas y el examen final lo pasará raspando.

Quien sea deberá comprometerse a fondo con sacar los principales proyectos de modernización de la urbe, pero sobre todo, enfrentar el reto de terminar de tapar los miles de huecos que erosionan todas las principales calles capitalinas, así como mejorando el estado en que se encuentran muchos parques distritales. Otro arreglo de fondo será el alcantarillado que se desborda con cualquier aguacero. especial cuidado deberá merecerle la seguridad ciudadana: los atracos y homicidios callejeros van en delirante aumento.

Adenda Uno

La familia de Gustavo Petro está rodeada de alvaristas por todos los costados. Su padre y su suegro son admiradores de tiempo completo del líder inmolado. Esto habla muy bien de nuestro próximo mandatario.

Adenda Dos

Cambio fundamental en la cúpula del conservatismo colombiano. Llega sangre nueva en la figura de Carlos Andrés Trujillo. Pueda ser que con él nuestro querido partido vuelva a ser protagonismo de la política nacional y no un mero apéndice burocrático del liberalismo y del centro democrático.