RAFAEL GÓMEZ MARTÍNEZ | El Nuevo Siglo
Jueves, 15 de Marzo de 2012

Washington notes I

Desde el momento en que se llega al aeropuerto Dulles International en Washington DC, usted entiende el porqué el imperio yanqui es el imperio. Al mismo tiempo que llega el vuelo de Avianca, llegan diez vuelos internacionales. Mientras se hace la fila del customs, se observa el primer fenómeno que hace de los EE.UU. un país tan especial.
La multiculturalidad. Cuando se llega a Dulles, llegan al mismo tiempo colombianos y latinos de todas partes en busca del American Dream. Pero también alemanes, hindúes, musulmanes, franceses que huelen a un viejo queso requesón de lo lindo. Las mujeres musulmanas llegan a los EE.UU. con la burka en la cabeza. Llegan a imponer sus condiciones, no a acomodarse dentro de la diversidad multicultural de los EE.UU. Así lo hicieron en Europa. Imponiéndose y los europeos se dejaron.
Logra usted pasar el customs y es como si usted hubiera tocado el cielo. Salimos del aeropuerto y comienzan las diferencias. Una avenida de 6 carriles para llegar al centro de WDC. En buen estado, claro está.
WDC es una ciudad pequeña. No tiene más de 1.000.000 de habitantes. Pero tiene metro. Tiene metro bus. Tiene un servicio de taxis. Tiene servicio de Shutles que van de un solo tirón. La gente camina o va en bicicleta. Hace deporte al final del día.
Por la noche, cuando decidimos salir a comer, me acordé de Antonio Caballero, quien decía que “los gringos cuando son grandes, son muy grandes y cuando son gordos también son muy gordos”.
La Universidad de Georgetown es la tercera más antigua de los EE.UU. El salón de clases da con vista al río. ¡Qué más le puedo pedir a mi vida! Se dice que George Washington la fundó a través del arzobispo John Carol para promulgar su doctrina conservadora y católica.
Comenta mi amigo Ricardo Eastman que una de las claves para realizar un proceso de negociación con éxito es entender a la otra cultura. No imponerse, sino entenderla. Acomodarse. Lo que dirían las abuelas del siglo XX: A donde fueres, haz lo que vieres.
Damos un paseo por el río Potomac durante el amanecer. Estamos en spring brake. Me encuentro en la capital del mundo. Se ve la Casa Blanca. El Capitolio. El Obelisco. El Congreso. El monumento a Lincoln. A lo lejos se ven los Mirages y los helicópteros de la Fuerza Área que vigilan la ciudad las 24 horas. Entonces, se entiende el porqué el imperio yanqui es el imperio yanqui.
Pienso en Álvaro Gómez Hurtado, cuando solía decir que un hombre sin cultura sufre mucho. Pienso en su teoría sobre desarrollo. Pienso en pensar en grande. Porque en los EE.UU. todo es grande. Pienso en Chávez y en sus “amiguis”. Y en cómo sufren por su falta de cultura...
Puntilla. ¿No debería renunciar Aureliano Buendía, alias Gustavo Petro?