Clara victoria diplomática
Por iniciativa del presidente Clinton se celebró en diciembre de 1994 la Primera Cumbre de las Américas. Estas reúnen a los jefes de Estado y de Gobierno de los Estados del Hemisferio americano para debatir sobre aspectos políticos compartidos, afirmar valores comunes y comprometerse en acciones concertadas con el fin de hacer frente a los desafíos que enfrentan los países del continente. Los presentes siempre han sido miembros de la OEA excluida Cuba y suelen aprobar una declaración general de ideas, planes y programas, que usualmente ha sido previamente acordada y que nunca se cumple. En Cartagena, según la Canciller, se tratarán temas concretos.
En la Cuarta Cumbre (Mar del Plata, noviembre 2005) se reconoció el papel central de la OEA como Secretaría de las Cumbres y en la implementación y seguimiento de los mandatos emanados de las mismas.
La declaración de la Primera Cumbre giró en torno de preservar y fortalecer la comunidad de democracias en América y de la Tercera (Québec, abril 2001), se desprendió la aprobación de la Carta Democrática Interamericana (Asamblea General, Lima septiembre 2001). Las Cumbres siempre han tenido como tema central la democracia y han girado indisolublemente unidas a la OEA y a sus miembros.
He aquí, sin embargo, que cuando le toca a Colombia organizar la Sexta Cumbre (Cartagena, abril 2012), los países del ALBA (Antigua y Barbuda, Bolivia, Cuba, Ecuador, Granada, Nicaragua, San Vicente y las Granadinas y Venezuela), a iniciativa del presidente Correa, dicen que no asistirán si no se invita a Cuba. Una aleve zancadilla a Colombia y al presidente Santos, que está surgiendo como líder en América Latina. Sabían que si Colombia invitara a Cuba, los Estados Unidos que es nuestro mejor socio comercial y político y miembro de la OEA mientras que Cuba no lo es, no asistiría.
Ante este desafuero, el Presidente y su Canciller empacan maletas, se van a La Habana, explican la situación a Raúl Castro que entiende el predicamento en que pusieron a Colombia sus nuevos mejores amigos y acepta que no lo inviten. La Secretaría de Estado de los Estados Unidos felicita a la Canciller colombiana.
Sin embargo, a estas alturas no se sabe si Correa asistirá. Si no lo hace, no importa. Con amigos así para qué enemigos. Colombia se apuntó una clara victoria diplomática y no cayó en la trampa.
Hay que entender que a Colombia no le conviene enemistarse otra vez con sus vecinos, aunque estos den amparo a las Farc y no sean las democracias de que se habla en las Cumbres. Pero, mucho menos, con los Estados Unidos con quien aún tiene pendientes los últimos detalles del TLC, aunque Obama sea puro blablablá.
Coda. Dice Petro que el vandalismo en Transmilenio fue promovido por el senador Robledo y por el Moir. Los vándalos detenidos son estudiantes de la Universidad Pedagógica, donde se forman los profesores de la Fecode. ¿Le están dando a Petro de su misma medicina?