El astro argentino Lionel Messi es, sin lugar a dudas, el mejor jugador de fútbol del mundo y el mejor pagado. Quizás es, además, el mejor de todos los tiempos. Ahora acaba de ganar su séptimo balón de oro, una hazaña sin precedentes en la galería del más popular de los deportes.

Se inició siendo un pibe de apenas ocho años en el Club Barcelona y ahora juega en el París Saint-Germain. Sobra decir que acaba de firmar un nuevo contrato por las próximas cinco temporadas que, por si fuera poco, es considerado el contrato más costoso. Es un fuera de serie que ha opacado figuras tan grandes como la de Alfredo Di Stefano, Adolfo Pedernera, Diego Maradona y Cristiano Ronaldo.

Ha logrado llegar a este pedestal, exhibiendo una gran calidad humana y una ejemplar sencillez. Los estudiosos profetizan que "hay Messi por mucho tiempo". Calculan que puede seguir haciendo estragos en los arcos rivales por lo menos por otros cinco años.

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Todo parece indicar que tendremos coronavirus por muchos meses más y hay quienes piensan que por muchos años. Los expertos no se han podido poner de acuerdo sobre el final de la pandemia. Lo más peligroso es que está mutando con más rapidez de contagio.

Una nueva variante amenaza con crear un caos mundial. Llevamos dos años conviviendo con este bendito virus y todo indica que cada día que pasa se hace más fuerte frente a las vacunas.

Con la llegada del ómicron a Canadá, luego de haber alcanzado todo el continente europeo, se teme que la pandemia centuplique sus efectos.

El tráfico aéreo es el canal más peligroso con el agravante de que las medidas tomadas para cerrar fronteras no han sido de manera alguna efectivas. Es por esta razón que las autoridades no han querido hacer un cierre de vuelos porque "en aquellos lugares donde se detectan variantes no son los mismos lugares por donde circula" Hoy la palabra vacuna es la palabra de la esperanza. Sin embargo, lo triste es que la mayoría de las vacunas han resultado inocuas. A este respecto la Organización Mundial de la Salud OMS insiste en que los únicos caminos seguros son el distanciamiento social y el tapabocas.

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Salvar a Colombia de la corrupción. Salvar la política de las malas prácticas. Salvar al conservatismo para fortalecer nuestra democracia. Tales eran las obsesiones de Álvaro Gómez Hurtado a lo largo de toda su preciosa existencia. Por eso mismo lideró un gran movimiento de renovación al que no dudó en bautizar "Salvación Nacional".

Celebremos entonces que el Consejo Nacional Electoral le haya restituido su personería jurídica en toda su plenitud. A Álvaro siempre lo acompañaron connotados personajes de nuestro devenir nacional. Con esa acertada disposición del CNE estamos seguros que se podrán conformar listas de lujo a las corporaciones públicas y con el protagonismo que volverá a tener Salvación Nacional, el legado alvarista seguirá teniendo plena vigencia.

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En alguna ocasión un chistoso anotó que Colombia progresa de noche porque durante ese tiempo los economistas duermen. Recientes encuestas, empero, proyectan que nuestro próximo presidente deberá ser un economista. Las ciencias sociales son para quienes quedan de segundos y la experiencia política para los terceros. Lo curioso es que de ese universo juvenil un setenta por ciento no tiene claridad de por quién votar.

Adenda Uno. Todo parece indicar que en Chile terminará por ganar la presidencia un candidato de izquierda, después de varios gobiernos de centroderecha.

Adenda Dos. El Consejo de Estado reiteró que, en Colombia, en la administración pública, nadie podrá devengar un sueldo de más de veinticinco salarios mínimos mensuales.