El 12 de diciembre de 2001, día de la Virgen de Guadalupe, salió al aire el canal Teleamiga, una iniciativa mía propuesta tres años atrás (1999) al Dr. José Galat, rector de la Universidad La Gran Colombia. Mi idea se basó en hacer un canal que comunicara valores que se contrapusiera a ese cumulo de contenidos de antivalores que presenta la televisión tradicional.
La iniciativa fue aceptada con entusiasmo por el Dr. Galat y me dijo que la universidad podría financiarlo, pero que yo como padre de la idea me encargara de diseñarlo, estructurarlo y gestionarlo ante el gobierno para obtener la frecuencia radiodifundida para aquella época, de introducirlo en los sistemas de cable, bajo la condición que me dedicara de lleno a esa obra, lo cual motivado por ese maravilloso apoyo, decidí aceptar el reto, vendiendo mis negocios, dejando mis contratos de asesoría para entregarme a esa magnífica obra.
Dediqué 17 años de mi vida a esa noble causa, pues en el año 2016 fui retirado de la Dirección del canal por la Junta Directiva de la Fundación Ictus, operadora del canal, la misma que yo había fundado, lógicamente con mayoría aportante de la universidad y la razón de mi retiro se debió a que me opuse firmemente a la crítica actitud que el Dr. Galat había tomado en contra del Papa Francisco y la Iglesia Católica, cuando el compromiso adquirido por ambos, era que debería ser un canal católico laico pero en comunión permanente con la iglesia. Por lo tanto, utilizar esa vía comunicativa para hablar mal del Papa, los Cardenales y Obispos, confundiendo a la gente, no era el compromiso que hicimos, pero con el temperamento obcecado del Dr. Galat y apoyado por las directivas de la universidad, decidieron quitarme el manejo del canal, perdiendo por mi parte casi dos décadas de entrega a esa obra. Pero lo más triste y gran preocupación mía fue lo que se dio: recibir el canal y el Dr. Galat una descalificación por parte de la Conferencia Episcopal, de la cual yo me libré con mi salida.
Al fallecimiento del Dr. Galat tres años después de mi salida, el nuevo rector, Santiago Castro, se propuso arreglar la situación con la iglesia, lo habló con el Arzobispo y Presidente de la Conferencia Episcopal Cardenal Rubén Salazar, bajo el acuerdo de no volver a denigrar del Santo Papa Francisco ni de las jerarquías y así se ha cumplido.
Teleamiga, lamentablemente por ese suceso, con la salida mía y de mi esposa, la famosa Doña Luz, pionera de las manualidades en Colombia, ambos con profundo sentido de pertenencia, movíamos con entrega el canal presentando variada programación, realizando grandes eventos de fe y familia, tanto en el país como a nivel internacional. Pero el canal tomó un sentido burocrático dedicado primordialmente a la promoción de la universidad y a transmitir la santa misa y demás piezas de fe, con alguna otra programación, pero perdiendo la esencia de ese calor humano que tuvo durante los años que estuvo bajo nuestro manejo.
Total, escribo este artículo porque aun mucha gente reclama nuestra ausencia de esa obra, que quedó en manos de la universidad, a quien le guardo noble gratitud, lo mismo al Dr. Galat que en paz descanse.
Dios permita muchos años más de permanencia a Teleamiga.