Hermoso espectáculo brindó Estados Unidos al mundo con la posesión de su presidente No. 46, Joe Biden y su vicepresidenta Kamala Harris. En un verdadero alarde de alta tecnología y sinfonía de luces y colores, el mundo contempló el principio de una nueva era y el fin del tragicómico mandato de un defenestrado Donald Trump. Fue, además, un fervoroso llamamiento del nuevo mandatario a restañar heridas y mirar el futuro con optimismo.
Será un reto muy grande o mejor, serán cuatro retos muy grandes: luchar contra la pandemia, acabar con una guerra incivil, levantar la economía y restablecer la grandeza del país y sus relaciones con el mundo entero. "El desacuerdo no puede llevarnos a la separación...debemos buscar nuestra unidad nacional", dijo Biden. Nuestro presidente Iván Duque le auguró muchos éxitos y se mostró interesado en fortalecer nuestras relaciones.
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Así, pues, nuestras relaciones con Washington han entrado en una nueva etapa. Estamos seguros que los perfiles de Iván Duque y Joe Biden se asemejan mucho y sus temperamentos calmados y serenos les van a permitir buscar soluciones conjuntas en forma más rápida y efectiva. Además ambos están rodeados de buenos equipos y se conocen de tiempo atrás. Nuestros intereses son comunes y debemos prestarle mayor atención a cuestiones como el narcotráfico que han envilecido esas relaciones.
Colombia debe restablecer sus programas de erradicación y los Estados Unidos deben convencerse de que el consumo que ellos propician desmesuradamente es un gran aliciente en ese infernal mercado. Si queremos establecer nuestro decaído crecimiento económico el mejor camino es la erradicación de esta pandemia, que es la peor de todas. Hay que buscar, así mismo, otros temas de interés común que estrechen nuestra amistad.
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Los cuatro años de la administración Trump causó muchos estragos, quizás el mayor ha sido la pérdida del respeto y la confianza que Washington tenía entre sus aliados, entre ellos América Latina y, por supuesto, Colombia. Sin ese cabal restablecimiento será muy difícil volver a creer. Sin embargo todo parece indicar que la decencia y la dignidad que caracterizan a Biden se impondrán en esas relaciones.
Adenda
Ha muerto en Bogotá ese gran ser humano que era Roberto Junguito. El mejor de los amigos y el más brillante de los economistas. Mucho le debe nuestra economía por sus esfuerzos desde el ministerio de Hacienda por fortalecerla.