Está muy claro que la profunda polarización en que vivía la política en los Estados Unidos habría podido llegar a incidir negativamente en el buen comportamiento de su crecimiento económico que, en los últimos tiempos, había mostrado signos alentadores de una buena recuperación. La presidencia de Joe Biden, empero, ha venido tomando las medidas necesarias para desactivar esa bomba de tiempo que había creado Donald Trump. Además el talante y el temperamento del nuevo inquilino de la Casa Blanca están reconstruyendo esa confianza, tan necesaria para poder gobernar en Washington.
Esta polarización venía siendo un mal ejemplo para el resto de democracias, especialmente para las latinoamericanas. Muy especialmente para nosotros, los colombianos, que somos bastante propensos a irnos a los extremos. Una figura tan controvertida y controversial como es la de un Gustavo Petro se ha instalado en nuestros escenarios, amenazando con quitarnos el sueño cuando menos lo pensemos. Con ocho millones de votos es una verdadera espada de Damocles sobre nuestro destino democrático. No podemos darnos el lujo de divisiones en el centroderecha y deberíamos trabajar por una buena candidatura como podría ser la de Marta Lucía Ramírez o la de Luis Alberto Moreno. En esto, los conservadores somos definitivos.
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Esto de las vacunas se ha vuelto todo un problema. Hay, al parecer, de todas clases para todos los gustos. La rusa, la india, la china, la europea y las gringas. Debemos ejercer nuestro derecho a la plena y cabal información para poder escoger libre y acertadamente. Pero aún debemos esperar hasta el 20 de este mes para poder proceder. Mientras tanto debemos cumplir a cabalidad las medidas de higiene personal y social que nos garantizan cierta inmunidad. Tapabocas, lavado de manos y distanciamiento. Y mucha, mucha, disciplina social.
Por lo que a nosotros respecta, somos de los que creemos que una experiencia como la que estamos viviendo nos ayudará a madurar como sociedad y como país. Infortunadamente no estábamos acostumbrados a golpes de esta magnitud y siempre habíamos creído, erróneamente, que este tipo de cosas no nos podrían suceder a nosotros, pero...nos sucedieron. Este es el lado positivo de toda esta calamidad y estamos convencidos que saldremos bien de esta y que seguramente asimilaremos la dura lección.
Adenda
El gobierno del presidente Iván Duque, sin estar adecuadamente preparado, ha tenido la entereza de hacerle frente al desafío y creemos que lo está haciendo bastante bien. A eso hay que añadirle la migración venezolana que ha vuelto más delicada la situación. Pero aquí también las cosas se están manejando lo más acertadamente posible De todo esto podemos sacar como lección que debemos tener un organismo súper especializado para este tipo de debacles y tejer igualmente unas redes de apoyo internacional para neutralizar este tipo de sucesos.