DE LA creación a lo extraordinario. Diez años después de presentar su primera presentación en Colombiamoda y, desde ese momento, continuar de manera ininterrumpida, la firma colombiana Andrés Pajón mostró su excepcional “savoir faire” en su desfile “Casablanca”, durante la semana de la moda de Colombia.
Como nunca antes se había visto en Colombiamoda, Andrés Pajón realizó su pasarela en horas de la mañana y en un escenario diferente a Plaza Mayor, algo frente a lo cual no estábamos acostumbrados. Ante esta premisa, editores de moda, influencers, compradores y celebrities, no dudaron un segundo en madrugar para ver uno de los desfiles de moda más esperados del año. La invitación a este espectáculo, inspirada en una mezquita árabe, dio el preámbulo a lo que sería un viaje hacia un lugar mágico y seductor: Marruecos, el cual se recreó en uno los espacios más sublimes de la ciudad de Medellín, el Centro de Eventos Voilá.
En un paraíso en medio de la naturaleza rodeado por jardines tropicales y un impresionante paisaje, se encontraba una edificación que por sus arcos, columnas y cúpula evocaba un verdadero monumento de estética marroquí. Así pues, un delicioso cóctel matutino nos recibía para darnos la bienvenida a uno de los momentos más deslumbrantes de la Semana de la Moda en Colombia. La precisa elección del sitio, el inesperado cambio de hora y las mejores vistas a la ciudad declararon que este desfile estaba hecho para ser recordado para siempre.
De igual manera, el destacable estilo de sus asistentes puso en foco a la gala de Andrés Pajón con su propuesta icónica “Casablanca”, la cual fue un manifiesto de feminidad y sensualidad. Destacaron vestidos con telas fluidas, trajes, escotes pronunciados, transparencias, flecos, brillantes y prendas metalizadas.
Tan pronto como terminó este chapuzón de fantasía, el diario EL NUEVO SIGLO habló con el dúo de diseñadores, Andrés y Felipe, quienes dijeron que “la inspiración de esta colección fue un viaje que hicimos a Marruecos, por lo que quisimos introducir toda nuestra vivencia a este maravilloso lugar”.
Es así como, cautivados por la arquitectura y sus emblemáticas edificaciones, crearon una serie de 44 looks, la más grande hasta ahora en toda su trayectoria, sinónimo de sensualidad y cultura sofisticada. “Casablanca” se caracterizó por sus siluetas fluidas, en su mayoría, elaboradas en sedas de diferentes composiciones. Y algunos de los diseños fueron intervenidos con plumas y recamados de cristales de la India. Mientras que otros, a su vez, fueron estampados con prints inspirados en mosaicos árabes y editoriales de moda de los años setenta: “Quisimos transmitir un mensaje de lujo que contagiara de glamour y mostrará lo exótico de la cultura marroquí”, dijeron.
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En una gama de color sin precedentes que comenzó con los rojos, escarlata y vino, pasando por los azules hasta llegar a los tonos tierra y el emblématico de la marca, crema con dorado, las piezas tuvieron su expresión más glamurosa con la joyería a cargo de Álvaro Ávila. Por ejemplo, el look de apertura desfiló con una pechera en oro elaborada por este joyero. Toda una obra maestra.
“Hicimos una fusión entre lo femenino y el ADN de Pajón y Cartagena recreando, de esta manera, la indumentaria marroquí. La unión de estos dos universos permitió evocar esa sensualidad y efervescencia propios de nuestro paso por el desierto del Sahara”, expresaron.
La pasarela fue patrocinada por Malva, reconocida tienda de moda y lujo en el país, exteriorizando el deseo de la marca de conquistar cada vez a más clientela en Colombia y Latinoamérica. Si bien esta colección tiene una mirada clara en el escenario mundial, teniendo en cuenta que la firma ya ha conquistado a los grandes mercados de la moda, como Paris y Beijing.