El presidente francés, Emmanuel Macron, anunció el lanzamiento de un concurso para la realización de seis vitrales contemporáneos que llevarán la "marca del siglo XXI" en la catedral de Notre Dame, en plena reconstrucción.
"Este siglo que es el nuestro tendrá su lugar en la catedral", dijo el mandatario, durante una visita a las obras de reconstrucción del edificio destruido por un incendio en 2019 y que reabrirá sus puertas dentro de un año.
Los seis vitrales que se retirarán, fabricados en el siglo XIX cuando el arquitecto Eugène Viollet-le-Duc restauró la catedral, formarán parte del futuro "museo de la obra de Notre Dame", en el vecino hospital Hôtel Dieu, agregó Macron.
El 15 de abril de 2019, el incendio de este símbolo de París conmocionó a Francia y al mundo. El presidente fijó entonces un plazo de cinco años para su reapertura, que tendrá lugar el 8 de diciembre de 2024, tras los Juegos Olímpicos organizados en la capital.
"Estamos cumpliendo los plazos", se felicitó, dos días después de que se colocara una cruz en lo alto de su icónica aguja reconstruida, a la que seguirá "en los próximos días" el nuevo gallo que, como el anterior, coronará el conjunto.
Antes del siniestro, esta obra del gótico medieval, restaurada en el siglo XIX por Viollet-le-Duc, recibía cada año una media de 12 millones de turistas de todo el mundo.
La justicia francesa indicó que siguen investigando el origen del incendio y que la pista privilegiada por el momento es la del accidente: una colilla mal apagada o un cortocircuito eléctrico.
Philippe Jost, responsable de la reconstrucción de la catedral gótica, edificada entre los siglos XII y XIV, señaló que en cuanto la aguja alcanzara los 96 metros, se procedería a "cubrirla con plomo".
La cruz
Recientemente, la catedral recuperó su cruz, que fue colocada en lo alto de su aguja, observaron periodistas de AFP desde las inmediaciones del templo, arrasado por el incendio.
Una grúa se encargó de levantar la cruz y de instalarla en la cumbre de la aguja poco después de las 3:00 de la tarde.
Su colocación se produjo dos días antes de que el presidente Emmanuel Macron visite la catedral, justo un año antes de su reapertura para el culto.
La aguja, idéntica a la anterior, diseñada por el arquitecto Eugène Viollet-le-Duc en el siglo XIX y que se desplomó en el incendio, se entrevé a través de los andamios desde finales de noviembre.
Según la presidencia francesa, la aguja "se montó [...] a partir de los diseños de Viollet-Le-Duc. Se trata de un ensamblaje de madera extremadamente experto, cubierto de una capa de plomo y rematado, en la cumbre, por una corona, un gallo y una cruz, a 96 metros" de altura.
El gallo todavía no era visible por encima de la cruz. "Todavía no se volvió a colocar" en su sitio, indicó el Palacio del Elíseo, que precisó que sería "bendecido" según la tradición católica, en una ceremonia que tuvo lugar al margen de la visita del jefe de Estado el viernes.
"Es un gallo nuevo", informó la fuente, que explicó que el antiguo, que se pudo recuperar tras el incendio, será "expuesto" en un futuro museo.