Sergio Dow, un colombiano con el lente sobre el Vaticano | El Nuevo Siglo
Sergio Dow en su paso por el Vaticano.
Proyectos Cinematográficos
Sábado, 29 de Julio de 2023

SENTADO en una de las mesas de la cafetería que da acceso a las salas de cine del centro comercial Avenida Chile de Bogotá, Sergio Dow parece un espectador más en espera que inicie la película. Pero no es así, la producción comenzó en 1975 al lado de Carlos Mayolo y Luis Ospina cuando produjeron Asunción, un corto con el que ganaron el Premio Nacional de Cine. Después vendrían Fuga, del director italiano Nello Rossati y un corto sobre la vida del pintor y escultor Fernando Botero, estas experiencias antes de escribir y dirigir su primer filme: “El día que me quieras”.

Por eso Dow está sentado allí casi 50 años después, acaba de hacer la primera función de su más reciente cinta, “La piel del tambor”, un thriller de acción basado en la novela homónima de Arturo Pérez-Reverte, producida por Colombia, España e Italia y que cuenta con un reparto excepcional de actores y actrices de más de 10 países encabezados por figuras como Richard Armitage, Paul Freeman, Amaia Salamanca, Paul Guilfoyle, Franco Nero y el colombiano Víctor Mallarino, además con la banda sonora del laureado compositor español, Roque Baños.

EL NUEVO SIGLO habló con Sergio Dow de su más reciente estreno que llegará a las salas de Colombia a partir del 10 agosto próximo, de su cercanía y amistad con estas figuras del cine y de su recorrido por el séptimo arte internacional.

EL NUEVO SIGLO: En perspectiva, ¿qué va de ‘El día que me quieras’ a ‘La piel del tambor’?

SERGIO DOW: La industria del cine es ahora otra, ha avanzado extraordinariamente, de eso da buena cuenta el reconocimiento que reciben las películas que se producen en el país, en todos los géneros. Hay diversidad, hay atrevimiento, se hacen cosas novedosas que llaman la atención y que son propuestas muy respetadas internacionalmente. Si ponemos en perspectiva “El día que me quieras” con “La piel del tambor”, esta última está más ceñida a los parámetros de la industria, esto en el sentido que es una película estructurada en tres actos, con una narrativa fiel y que responde a las estructuras tradicionales en la que más, sin embargo, juego de manera sutil con algunas líneas narrativas que cuentan las historias paralelas de sus personajes.



ENS: Cuando se ve “La piel del tambor”, a uno como espectador le entran ganas de leer la novela, en los diálogos y en el libreto hay un peso literario que se siente a lo largo de la película, ¿cómo fue el trabajo de adaptación de la novela y qué ha dicho el autor acerca de la película?

SD: El primer paso fue desbrozar una novela de 600 páginas y tratar de llegar a lo esencial de la historia, entonces hubo que sacrificar algunos personajes teniendo cuidado de no perder el sentido de la historia. Arturo Pérez-Reverte, su autor se ha referido a la película con términos muy generosos en el sentido que él dice que ve ahí a sus personajes, que ve su historia ‒lo que me honra‒ y me da la tranquilidad porque nadie mejor que el autor conoce las intenciones que tuvo al escribir la novela y puede compararlo con los resultados que en algunos casos pueden quedar cortos o pueden modificar la percepción sobre la novela.

ENS: El desarrollo alcanzado por el cine nacional al que usted se refiere, se nota claramente en esta cinta. ¿Cómo fue el rodaje y el desarrollo del proyecto?

SD: Una película no tiene que ser formalmente perfecta para ser una buena película y tampoco una película formalmente bien lograda, tiene por fuerza que ser una buena película, yo creo que hay que buscar un equilibrio. Yo llevo muchos años dedicado a este oficio, nunca lo he abandonado y he hecho de todo, comerciales, documentales, en fin…, todo lo habido y por haber y eso le va dando a uno cierto oficio y le permite entender el cine de una manera mejor. Al momento de grabar yo trato de optimizar todo. Yo voy midiendo el tiempo, entonces lo primero que hago es entender cuánto tengo de presupuesto, cuánto vale lo que necesito y ceñirme a ese plan. A la producción le conviene, yo no me paso. En esta película cumplí con los tiempos ni un día más. Sobre todo, en un rodaje hecho en dos países, con dos equipos de producción y un elenco de actores de varias partes del mundo.

ENS: Los detalles arquitectónicos del Vaticano y de Sevilla enriquecen cada uno de los planos de la película, ¿cómo fue la selección de estas tomas y de las locaciones?

SD: Soy partidario de estructurar muy bien visualmente las películas, entonces yo elaboro un guion muy aproximado y en el caso de esta película trabajé con Temple Clark, que es la autoridad a todos los niveles, él ha hecho todos los Harry Potter y todas las películas grandes, entonces eso yo lo tengo resuelto cuando inició el rodaje. Desde luego las condiciones pueden cambiar. Entonces hay que adaptar, pero sin perder el ritmo de la película. Yo puedo tener un plano con tres valoraciones diferentes: cerrado, abierto y general, pero yo debo tener claro cuál es el mejor para el ritmo de la cinta.

ENS: Y, ¿cómo fue precisamente trabajar con Roque Baños, en la banda sonora de la película?

SD: Roque es un compositor formidable, un amigo excepcional y un hombre al que admiro mucho, generoso y de un prestigio internacional formidable, y como lo he dicho yo trabajaría nuevamente con todo el equipo con que trabajé en cualquier película de cualquier tamaño.

ENS: En la cinta aparece Franco Nero, un actor que en Colombia tiene mucha recordación por su paso por Cartagena en el rodaje de Quemada junto a Marlon Brandon, hace ya varias décadas. ¿Él recuerda esa grabación y de su paso por Colombia?

SD: Pues claro, con Franco somos amigos desde los años 80 cuando le produje una película y desde ahí hemos tenido mucha conexión. Ahora tiene más de 80 años, pero una vitalidad inmensa, está dirigiendo una película y tiene mil proyectos. Cuando le ofrecí el papel del Papa me dijo que nunca había hecho este papel, entonces aceptó. Después le ofrecieron el mismo papel en otra película. Me contó, que cuando estaba ensayando, su esposa, la actriz Vanessa Redgrave le dio indicaciones de cómo pronunciar mejor algunas líneas de su personaje.

Sinopsis de la película

Ciudad del Vaticano, 1995. Un hacker informático irrumpe en el ordenador personal del Papa dejándole un mensaje en el que asegura que la Iglesia de Nuestra Señora de las Lágrimas mata para defenderse. Intrigado, el Santo Padre ordena que se investigue el asunto. Monseñor Spada (Paul Guilfoyle) asignará la misión a su mejor agente, el sacerdote Quart (Richard Armitage), poseedor de una larga experiencia en los asuntos oscuros de la Santa Sede. Entre tanto, en Sevilla, la aristócrata Macarena Bruner (Amaia Salamanca), una hermosa divorciada que es dueña de los derechos sobre el terreno donde se alza Nuestra Señora de las Lágrimas, escandaliza a la ciudad con sus amores inapropiados con un bailaor flamenco, mientras coquetea por Sevilla y hace parte principal de un grupo que se resiste a dejar demoler la Iglesia.