Los gobiernos tienen que hacer más esfuerzos para apoyar a los hogares de clase media, con dificultades para mantener su peso económico y estilo de vida, debido a que el estancamiento de sus salarios no les permite seguir el ritmo del aumento de los costos de la vivienda y la educación, según un nuevo informe de la OCDE.
En el informe ‘Bajo presión: la reducción de la clase media (Under Pressure: The Squeezed Middle Class)’ se señala que, en la mayoría de los países de la OCDE, la clase media se ha reducido debido a que, para las generaciones jóvenes, es cada vez más difícil alcanzar la clase media, definida como unos ingresos de entre el 75 y el 200% del ingreso nacional mediano. Mientras que casi el 70% de los nacidos en la generación de la posguerra (los baby boomers) formaban parte la clase media en la veintena, solo el 60% de la generación del milenio (los millenials) pertenecen a la clase media en la actualidad.
La influencia económica de la clase media también ha caído de forma drástica. En todo el territorio de la OCDE, a excepción de unos pocos países, la renta media apenas es más alta hoy en día que hace diez años, con un aumento de tan solo el 0,3% anual, una tercera parte inferior al ingreso promedio del 10% más rico de la población.
Preocupaciones
“Actualmente, la clase media debe navegar por aguas cada vez más inciertas”, afirmó el secretario general de la OCDE, Ángel Gurría, durante la presentación del informe en Nueva York. “Los gobiernos tienen que escuchar las preocupaciones de la gente y proteger y promover el nivel de vida de la clase media. Esto ayudará a impulsar el crecimiento económico y a crear un tejido social más cohesionado y estable”, indica.
El costo del estilo de vida de la clase media ha aumentado con mayor rapidez que la inflación. La vivienda, por ejemplo, representa el mayor gasto para los hogares de ingreso medio, y supone alrededor de un tercio del ingreso disponible, frente a una cuarta parte en los años noventa. Los precios de la vivienda han aumentado tres veces más rápido que el ingreso mediano de los hogares durante las dos últimas décadas.
Más de uno de cada cinco hogares de ingreso medio gasta más de lo que gana, y su sobreendeudamiento es superior al de los hogares tanto de bajos como de altos ingresos. Además, las perspectivas del mercado laboral son cada vez más inciertas: uno de cada seis trabajadores de ingreso medio ocupa un empleo con alto riesgo de automatización, frente a uno de cada cinco trabajadores de bajos ingresos y uno de cada diez de altos ingresos.
Según la OCDE, es necesario un plan de acción integral para ayudar a la clase media. Los gobiernos deben mejorar el acceso a servicios públicos de alta calidad y la cobertura de la protección social. Para hacer frente a los problemas del costo de la vivienda, deben implantarse políticas que fomenten la oferta de vivienda asequible. Entre las medidas que ayudarían a los hogares de ingresos medios bajos están las subvenciones específicas, el apoyo financiero para préstamos y las desgravaciones fiscales para quienes compren una vivienda. En países con niveles elevados de endeudamiento relacionado con la vivienda, las reducciones hipotecarias contribuirían a que los hogares sobreendeudados volvieran a la normalidad.
A medida que los empleos temporales o inestables, que suelen ofrecer salarios más bajos y una menor seguridad en el empleo, reemplazan cada vez más a los empleos tradicionales de la clase media, se necesita una mayor inversión en sistemas de enseñanza y formación profesional. Debe ampliarse la cobertura del seguro social y de la negociación colectiva entre los trabajadores atípicos, como son los empleados a tiempo parcial o temporales y los trabajadores por cuenta propia.
Para fomentar la equidad del sistema socioeconómico, las políticas deben considerar un desplazamiento de la presión fiscal desde las rentas del trabajo hacia las rentas del capital o ganancias de capital, de la propiedad y de herencias, así como conseguir que los impuestos sobre la renta sean más progresivos y equitativos.