Los cambios frecuentes que se han dado a las metas de la regla fiscal podrían afectar la credibilidad de la economía colombiana, advierte la calificadora Moody’s. La firma sostiene que aunque la revisión permitirá al Gobierno alcanzar las metas de déficit fiscal este año, los objetivos en los años siguientes serán difíciles de conseguir por la reducción de las tasas de impuesto a las sociedades, ya que afectarán negativamente los ingresos de la Nación.
Por otra parte, la entidad señala que los cambios disminuyen flexibilidad de la regla fiscal, que se puso en marcha en 2012. La regla incorpora un camino a largo plazo de la estructura de que son compatibles con la trayectoria de déficit estructural. Ajustes a estos objetivos son accionados típicamente por los cambios en los componentes cíclicos de la balanza fiscal.
Objetivos
Los últimos objetivos de déficit anual de cuatro años se han ajustado hacia arriba y reflejan un empeoramiento. Cada vez que se han revisado los objetivos el Gobierno ha hecho uso completo de las recomendaciones de la Comisión de ajuste.
Este año la firma calificadora estima que la revisión al alza del crecimiento del PIB incluya las proyecciones de precio del petróleo a mediano plazo para ajustar las metas de déficit fiscal, que inicialmente fueron reducidas a 2,4% y luego fijadas en 2,7%. Sin embargo, ajustes realizados a los objetivos anuales fueron más allá.
El Gobierno pidió al Fondo considerar también los costos fiscales derivados de la migración venezolana estimada en un 0,5% del PIB por año. Por consiguiente, los objetivos de déficit para 2019 y 2020 se ajustaron hacia arriba en relación al año pasado. Sin embargo, en los años siguientes los ajustes disminuirán gradualmente, llevando el déficit del Gobierno para alcanzar el 1% de objetivo a largo plazo del PIB en 2024, en lugar de 2027.
Considera Moody’s que la meta para 2019 es alcanzable, pero para años posteriores presentan desafíos que anteriormente se había dicho que, como resultado de la reforma fiscal aprobada en diciembre el año pasado, el gobierno lucharía para cumplir la meta ante la ausencia de ingresos alternativos (por ejemplo, ventas de activos) o recortes del gasto adicionales.
Señala la calificadora que a un objetivo de déficit más alto, juntado con esfuerzos de anteriores administraciones eficaces en la contención de gastos, la respuesta del gobierno es congelar $10 billones (casi el 1% del PIB), lo que les permitirá cumplir con la meta corregida.
Indica la calificadora que “mirando más allá de 2019, no anticipamos que los ingresos permitan incrementarse como lo que prevén porque nuestras proyecciones de crecimiento son inferiores a del gobierno”.