EL CONSUMO de los hogares, principal motor de crecimiento durante los años de la pospandemia, se expandió un tímido 1,2% en 2023, lo cual explica en buena medida el bajo crecimiento que experimentó el total de la economía, toda vez que este rubro constituye cerca del 75% del PIB. En medio de este bajo crecimiento, es de resaltar el leve repunte de 0,6% en el consumo durante el último trimestre (comparado con el -0,1% del trimestre anterior), producto de una inflación que comienza a ceder y un posible repunte anímico, como lo sugiere la ligera mejoría del indicador de confianza del consumidor de Fedesarrollo.
En los últimos años, el auge de conciertos, entretenimiento y eventos deportivos ha logrado movilizar también otro tipo de consumos (restaurantes, hotelería, apuestas online). Es de resaltar el positivo impacto que tiene la industria del entretenimiento, más allá del costo directo de boletería, al extenderse a sectores conexos para los cuales aumenta la demanda.
Elementos clave como son los pasajes, hospedaje, restaurantes, bares y discotecas se ven considerablemente favorecidos gracias a la actividad generada por este tipo de eventos. La perspectiva de estabilización de la economía para 2024 indica una posible fase de consolidación en la que los consumidores podrían mantener un equilibrio más cauteloso de cara a sus decisiones de gasto, evaluando con mayor prudencia el consumo de rubros “no esenciales”. Esta adaptación a las nuevas circunstancias económicas es crucial para comprender y planificar estrategias en los sectores vinculados a estas categorías.
Hacia adelante, y pensando en un 2024 de estancamiento económico, potencial deterioro del mercado laboral y mayor carga financiera de los hogares, estimamos que termine de consolidarse la normalización en el consumo de categorías experienciales. Hacia finales de año, momento en que las reducciones en las tasas de interés del mercado se estiman gane mayor tracción y efectivamente se transmita hacia las tasas de los préstamos, podría retornar el apetito por el consumo de vehículos, electrodomésticos y otros bienes durables; algo deseable de cara a dinamizar los deprimidos sectores de comercio y manufactura.